Ya Durkheim decía en El suicidio , que la primavera es la estación preferida por los suicidas. ¿Por qué la plenitud de la vida, puede traer consigo la apetencia de la muerte?
Freud se abrió paso entre los frondosos matorrales del principio del placer, para descubrirnos lo que estaba debajo: la fuerza telúrica del Thánatos.
El Thánatos está presente en el placer que nos producen los recuerdos, en la querencia que experimentamos hacia lo ya vivido; en la resistencia a enfrentarnos a lo nuevo. Está en el instante pleno que se resiste a pasar, en el impulso que intenta retener la vida y en el mismo placer.
Y el ser humano, conocedor de sus límites, sabe entretejer vida y muerte, goce y dolor en un cóctel agridulce que bebe religiosamente cada año, con cada primavera.
Hace algunos años escribí sobre esto un trabajo de doctorado. Me lo publicaron en una revista en internet, y por azares de la red se reprodujo como un conejo, y ahora pueden encontrarse de él numerosos clones, y hasta una cita en la Wikipedia (¡y en gallego!).
Éste es el enlace por si a alguien le interesa: La repetición en Deleuze y Freud
El artículo es bastante abstracto y aburrido, Cernuda dice lo mismo y muchísimo mejor:
Si el beso y si la rosa codicio, indiferente hacia los dioses todos,
Es porque beso y rosa pasan. Son más dulces los efimeros gozos.
Susana Corullón