A estas alturas nadie pone en duda que los individuos se mueven en el universo virtual como peces en el agua.
Los bibliotecarios, esos seres híbridos y en permanente crisis de identidad damos una nueva vuelta de tuerca a nuestra profesión, para convertir la propia biblioteca en un ente digital. Ya no es necesario ponerse el traje analógico para buscar la información; desde nuestro nicho virtual en la red lo tenemos todo a mano: dos bibliotecas del Campus ya están en Facebook, la de Políticas y la de Económicas.
A parte de su contenido frívolo, las redes sociales tienen una inestimable utilidad para mantener en contacto a personas con intereses similares, sin importar la distancia geográfica que las separe. También han demostrado ser un instrumento de gran valor hacer llegar los intereses de los ciudadanos a los representantes políticos, como hemos podido ver en las pasadas elecciones en Estados Unidos.
Estamos ante un amplio territorio por explorar, y nos gusta la aventura