¿Pero el futuro ha sido perfecto alguna vez? Si siempre tendemos a olvidar esta verdad de barquero, mucho más ahora en la situación de incertidumbre que vivimos.
El Taiga Forum es un organismo compuesto por directivos de bibliotecas universitarias de EE. UU. y Canadá, que se reúnen periódicamente para analizar las tendencias más llamativas del sector. Su táctica consiste en lanzar declaraciones provocativas, para generar debate y prepararse así para los retos del futuro.

De las 10 declaraciones de este año, escojo sólo las más impactantes:

Dentro de cinco años las estructuras organizativas de la universidad se aplanarán, las bibliotecas tendrán menos autonomía, y sus funciones serán compartidas por otros organismos de las universidades. Ni siquiera podrán reivindicar un espacio propio, pues los libros en papel tendrán prácticamente un carácter decorativo. Los fondos de la biblioteca y sus servicios estarán en la nube, y cada vez será menos necesario que el usuario se desplace a un espacio físico determinado.
También dentro de cinco años, debido a los recortes presupuestarios, los recursos de las bibliotecas se reducirán significativamente, y éstas se verán obligadas a compartir recursos, servicios y personal con otros centros e incluso con otras instituciones. Se generalizará la externalización y la subcontratación de los servicios.
Sólo escasas bibliotecas podrán permitirse desarrollar una colección especializada sobre un tema. Se impondrán modelos de compra a la carta, en función de las necesidades puntuales de los usuarios, con una idea de la propiedad cada vez más difusa.
En un futuro próximo, las bibliotecas universitarias se encargarán sobre todo de gestionar la información generada por la propia institución; en especial los materiales de investigación y de docencia. El cambio de tareas también supondrá un necesario reciclaje del personal, acostumbrado en muchos casos a tratar con los libros como único soporte.
Pero en este futuro imperfecto no todo son malos augurios para los bibliotecarios, estos días hemos podido ver como una ráfaga de aire puro llevaba a los documentalistas al centro de la atención pública.
En el corazón del Movimiento del 15M, un grupo de voluntarios rápidamente tomó conciencia de la necesidad de recopilar todos los materiales generados en estos días: audios, vídeos, recursos Web, carteles... para que queden conservados y sean accesibles para la posteridad.
En un mundo en que la información se produce a un ritmo sin precedentes, sería de miopes caer en el derrotismo, sólo hay que entender las claves de este futuro imperfecto.