“Esposas, esposas, esposas, esposas. Oh, mujeres, ¿a cuántas de ustedes, en este mundo, se las llama de ese modo? Sé que no es raro que las muchachas se conviertan en esposas de los hombres, pero, amigos míos, ¿han visto alguna vez una multitud de esposas? Es una dolorosa sorpresa, algo así como ver una muchedumbre de prisioneras. Ustedes no pueden imaginar la diferencia entre una multitud de jóvenes estudiantes o de obreras de una fábrica. A las estudiantes o a las obreras las une algo que tienen en común. En una palabra, han sido liberadas de sus hogares por ese algo. Pero una multitud de esposas está formada por personas solitarias que han salido de sus casas como de salas de aislamiento.
Si se trata de un rastrillo de caridad o de un picnic que reuniera a compañeras de clase, uno podría decir que incluso las esposas pueden ser estudiantes de nuevo por un rato. Pero una reunión como ésta, que sólo tiene lugar por el amor de cada esposa por su marido, se conforma de personas solitarias. Sin embargo, ésta no es una historia sobre muchedumbres tristes…”
Así comineza el cuento Estación de lluvias (Shigure no eki) [1928], de Yasunari Kawabata. Os invitamos a leerlo entero el próximo domingo, Día Internacional de la mujer trabajadora.
Historias de la palma de la mano / Yasunari Kawabata
Susana Corullón