Pensemos por un momento en toda la información que nos llega sobre las movilizaciones ciudadanas en estos tiempos convulsos. La gente forma colectivos para defenderse de las agresiones del poder y genera sin parar mensajes, que se difunden en la calle o en el nuevo escaparate de Internet.
Como documentalistas no podemos dejar de pensar, qué es lo que sucede con esa información. Si nadie los guarda, los mensajes mueren y su lugar es ocupado por otros, pero tanto esfuerzo y energía merece ser registrado y perdurar más lejos de la memoria de los que los crearon y de los hechos que los dieron lugar.
Con esa inquietud en la cabeza, Juan José Agirre comenzó a recopilar hace ya tres décadas todo tipo de documentación relacionada con los movimientos políticos y sociales en el País Vasco. En su colección caben panfletos, folletos, carteles, pegatinas... testigos de un momento preciso que nadie hasta entonces había tenido interés por conservar. Su esfuerzo se ha visto continuado por una red de voluntarios y gracias a esa labor ha sido posible salvar una parte importante del patrimonio documental vasco. El fondo se encuentra disponible para cualquier estudioso que lo precise en la Fundación de los benedictinos de Lazkao.
Con el relato de esta experiencia se abría el curso de verano que se celebró el pasado mes de julio en la Universidad del País Vasco sobre Cómo gestionar el conocimiento producido en los movimientos sociales, al que tuve el placer de asistir.
La elección no era casual: parece que nos enfrentáramos a un fenómeno nuevo, cuando en realidad no es más que la continuación de una trayectoria, que Internet solo ha favorecido.
Pero ¿Internet es solamente un escaparate privilegiado, o por sus posibilidades supone un salto adelante en cuanto a la difusión de iniciativas ciudadanas? Dos ideas surgidas al calor de las movilizaciones del 15 M en la Puerta del Sol de Madrid, nos llevan a plantearnos esta afirmación.
La primera de ellas, Bookcamping, surgió alrededor de una pregunta formulada en las redes sociales por Silvia Nanclares en el entorno del 15 M: ¿Y tú, qué libro te llevarías a tu plaza / acampada? Hace algunos meses ya dedicamos un post a comentar esta iniciativa.
La buena acogida en la red de la pregunta de Nanclares, fue el germen de una biblioteca online hecha por los propios usuarios. Los lectores suben enlazan y descargan cualquier tipo de material libre de derechos.
La otra iniciativa es 15M.cc, que se define como un "paraguas" de proyectos sobre el 15M, que aglutine todas las narraciones e ideas surgidas al calor de este movimiento. Además de dar cabida a proyectos locales, como los de Madrid, Málaga o Sevilla, e incluso a un repositorio de artículos académicos sobre el tema (Papers.15M cc) hay dos iniciativas principales: un banco de ideas, pensado como una web de almacenamiento de materiales de todo tipo relacionados con el 15M, y la 15Mpedia, una enciclopedia libre sobre el 15M, con normas similares a la Wikipedia.
La forma de participar en el proyecto va más allá de la posibilidad de compartir materiales: se invita a las personas con conocimientos informáticos a contribuir al diseño de la Web, o a los documentalistas a colaborar en el correcto etiquetado de los materiales para facilitar su recuperación.
Iniciativas ambiciosas como estas, realizadas fuera de la cobertura de una institución, nos llevan a plantear sus posibilidades de futuro. Cuando los acontecimientos se enfríen o se apague el entusiasmo de los promotores ¿Qué quedará de todo esto?
Una vez más nos pareció acertada la iniciativa de los organizadores del curso de invitar también a Rick Prelinger, promotor del proyecto Internet Archive.
Se trata de una organización sin ánimo de lucro destinada a preservar páginas web y en general, contenidos digitales de todo tipo, para evitar lo que llegar a lo que Danny Hillis denominó "Edad oscura digital".
Los documentos digitales e Internet en especial, por un lado ofrecen posibilidades casi infinitas para acceder a la información y difundirla, pero por otro, esa misma facilidad contribuye a hacer la información cada vez más efímera. La conservación de los documentos peligra en el momento en el que de algún modo dejen de ser "rentables".
Internet Archive es una magna iniciativa que funciona con fondos privados, aunque cada vez las administraciones públicas van siendo más conscientes de la importancia de preservar las páginas web. Podemos ver un listado de organizaciones implicadas en estos proyectos en la Web del International Preservation Consortium, y el ejemplo en España de Padicat, el archivo Web de Cataluña.
La impresión final después del curso, fue la de estar asistiendo a un momento de confusión entre iniciativas privadas cooperativas y lo que hasta ahora ha sido tarea de las instituciones.
Al volver del curso, leí uno de tantos artículos en los que los bibliotecarios preocupados por atraer público a sus locales, se plantean la necesidad de llegar a la gente y de que la sociedad reconozca su labor. Se titulaba Siete ideas para atraer a los usuarios de una biblioteca. Una vez más se hablaba en él de utilizar las nuevas tecnologías, de acercarse al usuario, de crear una comunidad... No pude remediar recordar todo lo que se había oído estos días. Nuestra tarea como bibliotecarios está más viva que nunca, tanto que los usuarios se han remangado ellos mismos y se han puesto a hacer nuestro trabajo. Algo pasa en las instituciones cuando su tarea de siglos se hace invisible.