El día 9 de Abril de 1609, Felipe III, Rey de las Españas y de otro buen montón de títulos ordenó la expulsión de los Moriscos. Estos conformaban un heterogéneo grupo con un único punto en común, a saber, ser descendientes de musulmanes. Cuando los Reyes Católicos culminaron la conquista de Granada les obligaron a convertirse al Cristianismo, lo cual hicieron, a veces fehacientemente, a veces manteniendo en secreto sus antiguas creencias.
Los moriscos, en su mayoría eran artesanos y agricultores al servicio de los grandes propietarios feudales. Su expulsión significó el empobrecimiento de muchas zonas de España, el hundimiento de la agricultura de secano y otras pérdidas económicas. También existía una sociedad morisca ilustrada y rica, cuyos miembros fueron igualmente expulsados y obligados a costear los gastos de los moriscos pobres.
La expulsión de más de 300.000 personas supuso el empobrecimiento cultural y económico de España, en especial de territorios como Aragón o Valencia, y la culminación de una política de odio religioso y de contrarreforma católica que veía en el morisco un peligro para su propia pervivencia.
Aprovechando la conmemoración de los 400 años de la expulsión, la Casa Árabe en Madrid acoge una serie de actos que se celebrarán a finales de Mayo. Se ha rodado también una película que rememora los acontecimientos y que se puede ver el día 28 de Mayo.
Para saber más sobre este hecho histórico puede consultar nuestros fondos en Cisne, u hojear sobre lo que el tema han escrito numerosos historiadores como Domínguez Ortíz.
Antonio Poveda