Seguimos interesados en recopilar una antología de poesía sonriente. Animamos a todos participar con sus aportaciones:
Baltasar de Alcazar (1530-1606)
La nariz de Clara
Tu nariz, hermana Clara,
ya vemos visiblemente
que parte desde la frente:
no hay quien sepa dónde para.
Mas puesto que no haya quien,
por derivación se saca
que una cosa tan bellaca
no puede parar en bien
Nicanor Parra
Epitafio
De estatura mediana,
con una voz ni delgada ni gruesa,
hijo mayor de un profesor primario
y de una modista de trastienda;
Flaco de nacimiento
aunque devoto de la buena mesa;
de mejillas escuálidas
y de más bien abundantes orejas;
Con un rostro cuadrado
En que los ojos se abren apenas
Y una nariz de boxeador mulato
Baja a la boca de ídolo azteca
_ Todo esto bañado
Por una luz entre irónica y pérfida_
No muy listo ni tonto de remate
Fui lo que fui: una mezcla
De vinagre y de aceite de comer
¡Un embutido de ángel y bestia!
Ted Kooser, 1939, norteamericano - 302
... Debería llevar puesta
una gabardina, una vieja, sucia
por no tener bastante dinero para llevarlo al tinte.
Sacará las gafas, y allí,
en la librería, hojeará
mis poemas, luego pondrá el libro
en la estantería y se dirá a sí misma:
"Por este precio, puedo llevar
mi gabardina a la tintorería." Y lo hará.
(Versión de Hilario Barrero Díaz y José M. Prieto)
Luis Suarez
De Don Juan Lumbago a Doña Laura Excelsa
403
Tiene tan noble dama muy buen gusto
expresado en sentencias admirables.
Sean, pues, estos versos entrañables
un encendido elogio hacia su busto.
En tu pechera, anidan, bella Laura,
un par de golondrinas amorosas
que su pico sugieren, cual hermosas
aves volando más allá del aura.
Envuelta estás de un halo de promesa.
Afortunado aquél que te emocione,
ya que tienes andares de princesa.
No seré yo quien, memo, se acojone
a intercambiar mi nata con tus fresas
en un postre frugal que Dios perdone.