El Banco de Emisiones Sonoras de animales, ‘Bioacústica', permite escuchar sonidos como el revoloteo de las alas de una abeja, el zumbido persistente de un tábano enfurecido o el de un escarabajo nocturno, muchos de ellos inaudibles al oído humano.
Partiendo de la base de que la comunicación es indispensable en todo ser vivo, ya sea para alimentarse, reproducirse o evitar la depredación, el Grupo de Investigación de Biología y Biodiversidad de Artrópodos de la Universidad Complutense, ha elaborado un Banco de emisiones sonoras animales llamado Bioacústica.
Este proyecto se enmarca en una línea de investigación en comunicación acústica cuyo objetivo ha sido elaborar una colección representativa de emisiones sonoras originales de diversos grupos de animales que sirva para que los docentes de distintas disciplinas puedan ilustrar los sistemas de comunicación acústica de grupos de los que se dispone de muy poca información. Asimismo, es muy útil para la realización de prácticas en etología, donde los alumnos puedan disponer de ejemplos sonoros y gráficos para su consulta.
El Grupo de Investigación de Biología y Biodiversidad de Artrópodos de la Complutense trabajan principalmente en el desarrollo de estudios básicos y aplicados en biodiversidad, sistemática, etología y biogeografía en artrópodos; así como en la fauna asociada a las actividades humanas, con el fin de contribuir en los programas de conservación, uso de la biodiversidad y del medio ambiente nacionales y en el manejo de especies de importancia económica.
Complementando esta colección de sonidos, el banco ofrece descripciones gráficas de los órganos emisores, así como los sonogramas y espectros de frecuencia de los mismos, que permiten, entre otros, poder escuchar sonidos como el revoloteo de las alas de una abeja, el zumbido persistente de un tábano enfurecido o el de un escarabajo nocturno, muchos de ellos inaudibles al oído humano.
Fuente: Dirección de Comunicación UCM