Entre los mayores logros de la especie humana, se halla nuestra cultura tecnológica, el acervo de conocimientos técnicos que es transmitido de generación en generación. Este acervo evoluciona junto a nosotros, a medida que mejoramos con el paso del tiempo los utensilios que utilizamos diariamente.
Una descripción similar podría hacerse en relación con el cuervo de Nueva Caledonia, un córvido extremadamente inteligente y la única especie aparte de los primates de la que se cree que posee su propia cultura tecnológica acumulativa. Cómo estos pájaros se transmiten conocimientos de unos a otros es el objetivo de una línea de investigación abierta por el equipo de Corina Logan, anteriormente en la Universidad de California en Santa Bárbara, Estados Unidos, y ahora en el Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge en el Reino Unido.
Hace tiempo que se debate si los cuervos, o al menos los de algunas especies, tienen una cultura tecnológica acumulativa. Uno de los principales puntos de controversia deriva de no saber a ciencia cierta cómo aprenden. Existe una hipótesis según la cual para que pueda producirse una cultura de ese tipo se necesita que cada individuo implicado copie las acciones clave ejecutadas por otro individuo. Y no ha habido observaciones concluyentes sobre si los cuervos prestan atención a las acciones de otros de sus congéneres cuando aprenden de ellos.
Se han observado cuervos empleando herramientas que ellos mismos han fabricado a partir de hojas largas, estrechas y con forma de palma. Tienen un borde dentado, y realizan en ellas un corte y luego otro más abajo, arrancando después la parte del medio. Ello produce una herramienta que pueden usar para extraer comida (ciertas larvas) de troncos de árbol.
De forma aún más sospechosa, se ha observado a los cuervos utilizando herramientas hechas del mismo material pero en diferentes formas, y nadie ha sido capaz de explicar el patrón geográfica de variación que las caracteriza; las tres formas han sido vistas en el extremo sur de la Grand Terre en Nueva Caledonia, pero una de ellas es más frecuente allí que en ninguna otra parte, como si se tratase del fruto de una cultura local de los cuervos de esa zona.
Se cree que para poder transmitir entre generaciones de una población las formas de las herramientas, un pájaro tendría que ver a otro cortando la hoja y después imitar las acciones de este último. Eso precisaría imitación o emulación.
Sin embargo, y para acrecentar el misterio, Logan y sus colegas encontraron que los cuervos no imitan ni copian acciones.
Habrá pues que buscar explicaciones alternativas y ponerlas a prueba.