Tener la oportunidad de escuchar al profesor Carmelo Mesa Lago es un privilegio para cualquier persona interesada en la realidad económica cubana. Así ha sido para el público que el pasado 25 de mayo asistió a la conferencia que el profesor impartió en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales. Con el título "La economía cubana: entre la reforma y la crisis" el profesor emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Pittsburgh trazó un preciso perfil de la economía de Cuba.
Junto al conferenciante se encontraba el Vicedecano de Investigación, Doctorado y Biblioteca de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, Francisco J. André, quien presentó al profesor y señaló el interés de esta charla por tratarse de un país cuya actualidad despierta expectativas de renovación que lo han puesto en el foco de la atención pública. Tras sus palabras intervino el profesor de Economía Aplicada, José Antonio Alonso, quien destacó el interés tanto del tema de la conferencia como del ponente, a quien describió como uno de los mejores conocedores de la realidad económica cubana y de América Latina. De la figura del profesor Mesa subrayó el hecho de que éste siempre ha mantenido una posición constructiva sobre Cuba, buscando tender puentes, y ha cultivado una relación frecuente con los economistas cubanos, para quienes se ha convertido en un referente.
El profesor Mesa agradeció a la Facultad por su invitación y a los presentes por su asistencia, y recordó que en esta Universidad empezó a cursar su doctorado en 1956. En su exposición fue repasando algunos de los elementos que definen la actualidad económica de la isla: el envejecimiento de la población, el aumento del desempleo, la disminución de los salarios y el derrumbamiento del sistema de pensiones y la seguridad social. Este cuadro nos mostró un escenario en el que el deterioro del PIB y el envejecimiento de la población están empeorando gravemente el nivel de vida de los cubanos, especialmente de los más necesitados, mientras crece la desigualdad. Con abundancia de datos, tomados de primera mano del Anuario Estadístico de Cuba, y que puso a nuestra disposición en la presentación con la que acompañó su charla, el profesor Mesa comentó las reformas que ha realizado Raúl Castro con el propósito de introducir en Cuba elementos de la economía de mercado. Mostró cómo la pérdida de población y el envejecimiento demográfico, fruto de la bajísima natalidad y el éxodo migratorio, han impactado en el empleo y las pensiones. Paralelamente, la disminución del sector público ha devuelto al mercado a numerosos trabajadores que no han podido ser totalmente absorbidos por los sectores no estatales de autónomos, usufructuarios de tierras o cooperativas. A este desempleo declarado hay que sumar el que el ponente describió como desempleo oculto, lo que en conjunto arroja una cifra muy elevada, que estimó en torno al 28%.
Otro fenómeno que concurre en la situación actual es el descenso de los salarios, que en torno a 1993 se redujeron hasta un décimo de los de 1989, y que tras una lenta recuperación siguen siendo de tan sólo un 38% de los de partida. Señaló además que, al aumentar el déficit público, aumentará también la inflación, por lo que aún va a ser más difícil subsistir con el salario medio estatal. Esta situación se ve agravada al haberse reducido el abanico de productos básicos disponibles a través del racionamiento, al haberse deteriorado seriamente los servicios públicos como la sanidad y la educación y, especialmente, al haber disminuido el alcance de la asistencia social. Todo ello aboca a los cubanos a requerir fuentes adicionales de ingresos, ya sean remesas desde el extranjero, ya ingresos alternativos como los que generan actividades privadas (alquiler de alojamientos vacacionales, o los restaurantes "paladares"), que al tiempo que benefician la maltrecha economía de algunos, tienen un efecto negativo sobre el conjunto al aumentar fuertemente la desigualdad.
El deterioro se ha manifestado también en las pensiones y la seguridad social. Si hasta 2008 Cuba tenía el sistema de pensiones más generoso de su entorno geográfico, la situación demográfica y económica ha obligado a alargar la edad de jubilación. El profesor Mesa cree, sin embargo, que el efecto de esta reforma es temporal y que el costo de las pensiones va a seguir incrementándose, y por consiguiente el déficit para el Estado, por lo que serán necesarias nuevas reformas.
Este conjunto de factores ha tenido como consecuencia lógica un aumento de la pobreza. Si bien Cuba no publica datos concretos, se sabe que ha aumenta el número de pobres, y así lo revelan distintos indicadores aportados en la presentación. ¿Cómo corregir esta situación de deterioro? El profesor Mesa propone acelerar y profundidad las reformas económicas para frenar el aumento de la desigualdad y el crecimiento de la pobreza. Habla de expandir el sector no estatal para que aumente la contribución, que actualmente es muy escasa (calculó que en 2013 para financiar el déficit la contribución debería haber sido del 21%), y también opina sobre el usufructo de la tierra, que si fuera de por vida o por períodos largos, como en China o Vietnam (actualmente en Cuba es por diez años, lo que desincentiva la inversión) mejoraría la productividad y permitiría que Cuba alcanzara la autosuficiencia alimentaria.
Tras la exposición se abrió un espacio para el debate y fueron muy numerosas las preguntas que desde el público se formularon al ponente. Algunos de los asistentes se interrogaron con inquietud acerca de cuál va a ser el desenlace de esta situación, dadas la incertidumbre política en la isla y la imposibilidad de hacer predicciones de cara a las elecciones del año próximo. Se preguntó acerca de los arrendamientos, el usufructo de la tierra y su sistema tributario. Entre otras cuestiones, se habló sobre la modernidad de La Habana en los años 50 y sobre la situación de los jubilados, un tercio de los cuales tiene una ocupación en el sector informal. Se debatió sobre el poder político en Cuba y dónde reside, si es ese poder el que se resiste a las reformas y por qué la clase política cubana se niega a promover cambios a pesar del grave deterioro de la economía, o si existen razones políticas para ello, más allá del discurso oficial que rechaza la economía de mercado porque generaría desigualdad.
Quien desee completar este acercamiento al pensamiento del profesor Mesa sobre la economía cubana puede leer este artículo titulado "El estado actual del bienestar social en Cuba" y, por supuesto, consultar cualquier obra de su extensa producción disponible en el catálogo de la Biblioteca.