El pasado día 21 de mayo en la Biblioteca de la Facultad se presentó el último libro del profesor Carlos Sebastián "Para que España avance", acto presidido por la Decana de la Facultad, Begoña García Greciano, a quién correspondió la presentación del autor y profesor de esta casa, y contó con la participación del profesor Alfonso Novales, del Departamento de Análisis Económico y Economía Cuantitativa.
El profesor Novales presentó el libro señalando su nexo con otro libro reciente del mismo autor "España Estancada: por qué somos poco eficientes". Ambos libros profundizan en el contexto institucional de España desde el punto de vista político, económico y social y en la influencia que dicho contexto tiene sobre las políticas que se llevan a cabo y la eficacia de las mismas. Acerca del libro objeto de la presentación valoró especialmente su transversalidad, la cantidad de ejemplos reales y las completas propuestas de reforma que en él se plantean, así como el enorme cuidado puesto por el autor en la utilización de determinados datos económicos. A continuación se estableció un dialogo entre ambos profesores acerca del contenido del libro, abordando distintos elementos relacionados con las deficiencias institucionales de la economía española así como las posibles vías para superar dichas deficiencias.
En su respuesta el profesor Sebastián expresó su opinión (ilustrada con múltiples ejemplos) sobre distintos aspectos de la realidad económica, comenzando con los frecuentemente citados datos del aumento de las exportaciones, datos que a su juicio muestran que las empresas han adoptado nuevas estrategias, pero cuyo incremento no refleja la capacidad real del país.
En cuanto a la eficiencia empresarial, en contra de lo que habitualmente se afirma, el profesor Sebastián afirmó que es ésta la que determina el tamaño de las empresas, no al revés. Lo mismo ocurre con la inversión en I+D que es consecuencia directa de la mejora gerencial, no la causa. En opinión del autor en España hay un nivel elevado de capital humano y el fomento de la educación no es la solución, es simplemente la condición necesaria para una mejora de la economía. El problema cierto es la calidad de la gestión empresarial, los carteles y la relación de las empresas con las administraciones públicas, siendo esta última en muchos casos el factor determinante de los resultados empresariales.
A su juicio, falta también seguridad jurídica, no son necesarias nuevas leyes, la realidad es que las actuales no funcionan, con una enorme burocracia administrativa, una gran maraña jurídica, y una tramitación legislativa carente de transparencia en la que se omiten las memorias de impacto normativo que incluso no son preceptivas. En cuanto a la creación de los necesarios organismos reguladores y de evaluación, considera que la mayoría de estas iniciativas han quedado muy pronto inactivas o con problemas de mantenimiento, con una independencia que solo existe nominalmente en el título de la institución. Los organismos de supervisión, cuando se crean, han estado sujetos en ocasiones a una jerarquía administrativa contraria precisamente a la independencia que debe ser exigible, al tiempo que sus consejeros son nombrados por los partidos, no por sus capacidades, con la consiguiente captura cognitiva derivada de su falta de capacidad. A partir de aquí el funcionamiento de los mercados no es sino el reflejo de la mala calidad de la Administración del Estado.
Para el autor se deben adoptar en la administración programas de evaluación de políticas públicas y de rendición de cuentas. Para ello se debe despolitizar, o “despartidizar”, todas las administraciones. La elección de los gestores públicos debe estar basada en los méritos de los candidatos y no depender del gobierno, al que únicamente compete los nombramientos formales.
En definitiva el autor propone que, para avanzar, es necesario realizar cientos de reformas, pero dos de ellas son básicas: el aumento de la transparencia y la manera en que son nombrados los directivos públicos de todas las administraciones, nombramientos que deben incluir un contrato de desempeño y un compromiso de rendición de cuentas.
En cuanto a la cuestión, formulada en el turno de preguntas, acerca de su opinión sobre qué parte de responsabilidad tuvo en la actual maraña burocrática el proceso de convergencia con Europa y la configuración autonómica, el autor manifestó que se trata de dos procesos que fueron positivos, y que si bien es cierto que el proceso de convergencia supuso para España mucho cambio normativo, el problema es que se traspuso tarde y mal. En lo que se refiere a la configuración de las comunidades autónomas, que a su juicio tuvo un mal diseño, considera que a pesar de que se están llevando a cabo ejemplos notables de gestión pública hay una falta de comunicación entre las administraciones que impide el que se puedan compartir las experiencias positivas y los éxitos de estas políticas.
Por último, a la pregunta sobre su opinión sobre la situación de España a corto plazo el profesor Sebastián consideró que no preveía "sustos" en el ámbito nacional, excepto tal vez por parte de la situación en Cataluña, pero que sí podríamos vernos sorprendidos por situaciones críticas venidas del exterior.