El mes pasado fui invitado a participar en las VIII Jornadas CRAI, celebradas en la Universidad de Alicante los días 29 y 30 de abril de 2010. El objetivo de las jornadas era estudiar la aplicación al mundo laboral de las competencias informacionales e informáticas. En mi ponencia se analizaba la importancia de las competencias y habilidades desde la perspectiva de los estudios de inserción laboral. En concreto, se presentaron los resultados de una investigación realizada en el ámbito de la Universidad Complutense en la que se compara la situación de los licenciados en su primer empleo y seis años después de haber finalizado sus estudios.

La literatura internacional (los proyectos CHEERS, REFLEX, los estudios de la OCDE y, entre otros, los informes EURYDICE) concluye que la situación laboral de los graduados de la Enseñanza Superior en España es desfavorable, como se pone de manifiesto en los bajos salarios relativos de los universitarios y en la elevada incidencia de la sobrecualificación. Como se verá a continuación, los resultados de nuestro estudio van en la línea con lo señalado anteriormente. El objetivo de nuestro trabajo es analizar el proceso de inserción laboral de las principales licenciaturas de la Universidad Complutense. En concreto se investigaron las 18 licenciaturas que registran un mayor número de graduados en el curso 2001/02. Se realizó un muestreo aleatorio estratificado con asignación proporcional por sexos y titulaciones. El tamaño de la muestra fue de 919 individuos y el trabajo de campo se realizó en la primera mitad de 2008. Como último apunte metodológico, se debe señalar que el cuestionario se basó en la Encuesta de Inserción Laboral de la ANECA.

El primer empleo de los licenciados se caracteriza por la temporalidad, la elevada incidencia de la sobrecualificación y las bajas retribuciones. Sin embargo, seis años después de terminar sus estudios la situación se caracteriza por el pleno empleo, el crecimiento de los contratos indefinidos, la reducción del desajuste educativo y cierta mejora en los salarios. No obstante, los resultados son muy desiguales por titulaciones, como se pone de manifiesto en el siguiente cuadro.

Así la situación de los estudios de Medicina, Farmacia, Economía y Administración y Dirección de Empresas es relativamente satisfactoria (ver fila 1), en comparación con el resto de las licenciaturas. Sin embargo, llama la atención que apenas el 43% de los licenciados perciban (antes de la crisis) un salario mensual neto superior a los 1.500 euros, proporción que en el caso de los estudios de Biología y Humanidades no llega al 20%. Por otra parte, un tercio de los licenciados tiene un empleo temporal seis años después de terminar la carrera, proporción que asciende al 44% en el caso de los estudios de Biología y Humanidades. Por último, cerca de una cuarta parte de los graduados afirma que su puesto de trabajo actual requiere un nivel de estudios inferior al de su titulación.

Estos resultados ponen de manifiesto que la oferta de titulados universitarios ha crecido más que la demanda a lo largo de los últimos años. Desafortunadamente, el panorama ha empeorado significativamente desde el comienzo de la crisis, si se tiene en cuenta que según la EPA (INE), se ha registrado una caída del 9% en el empleo de los universitarios de 20 a 34 años entre el segundo trimestre de 2008 y el cuarto trimestre de 2009.

En este contexto de exceso de oferta se analiza la situación de las competencias y habilidades en el empleo. Como resultado general, se debe destacar que el 38% de los graduados afirman utilizar en su empleo actual poco ó nada los conocimientos y habilidades adquiridos en la universidad. Lógicamente la aplicación de esos conocimientos y habilidades está correlacionada con la incidencia del desajuste educativo. Por esa razón, se hace necesario acotar el estudio de las competencias requeridas en el empleo a los licenciados que desempeñan empleos acordes con su formación.

Se analizaron en detalle cuatro competencias enmarcadas en el ámbito de las competencias informacionales e informáticas: capacidad para hacer presentaciones en público, para hacer informes y estudios, para utilizar aplicaciones informáticas y para adquirir nuevos conocimientos. Todas ellas obtienen una valoración elevada entre nuestros licenciados: la media es 4 en una escala de 1 (nada necesaria) a 5 (muy necesaria). Por otra parte, los graduados consideran que la formación universitaria no desarrolla suficientemente el nivel de competencias requerido por los empleos. Pero no se encuentra una asociación entre los resultados medios de inserción laboral por titulaciones y la valoración de las competencias y habilidades.

La utilización de unas metodologías docentes más activas, en el marco de la reforma de “Bolonia”, tendrá un impacto positivo en el desarrollo de estas competencias. Además, la implantación de los nuevos planes de estudio va a reforzar el papel de las Bibliotecas en el proceso de aprendizaje de los estudiantes. Sin embargo, no podemos confiar en que el desarrollo de estas competencias, sin más, vaya a mejorar las expectativas de inserción laboral de los futuros graduados universitarios. Para que el panorama cambie, es necesaria una reforma de la Universidad española en la que se haga más hincapié en la calidad que en la cantidad.

El informe completo está publicado en:

Iñaki Iriondo, Elena Gallego, Esperanza Gracia, María Dolores Grandal y Covadonga de la Iglesia (2009): Universidad y Mercado de Trabajo. Inserción profesional de las Principales Licenciaturas de la UCM. Informe 2008, Ecobook, Madrid.

Resumen de los resultados del estudio, disponible en la colección E-prints Complutense.