La Biblioteca Universitaria de Salamanca nació pocos años después que el propio Estudio Salmantino, cuando en 1254 Alfonso X el Sabio creó la figura del estacionario, encargado de mantener buenas copias, autorizadas y corregidas, de los textos de los maestros. La primera biblioteca, con un techo decorado con escenas astrológicas conocido como Cielo de Salamanca, data de 1479. La segunda sala, ubicada en el claustro alto de las Escuelas Mayores, fue construida en los albores del siglo XVI y, tras su derrumbe parcial en 1664, renovada en 1749. Junto a esta Antigua Librería, con mesas y sillones dieciochescos, "libros redondos y gordos" y estanterías a dos niveles que contienen los libros impresos antiguos, se encuentra la sala destinada a manuscritos e incunables, con mobiliario del siglo XVII, que ocupa el espacio interior de la fachada plateresca del edificio [Seguir leyendo].
Para conmemorar los 800 años de la Universidad salmantina se ha programado esta exposición de Tesoros manuscritos, Scripta, que constituye la primera ocasión en la que la Universidad de Salamanca muestra públicamente una selección de los más interesantes manuscritos conservados en su Biblioteca General Histórica. En ella se presentan veintitrés de los 2.815 manuscritos que forman su colección, comenzando con dos obras que representan los inicios del Estudio Salmantino. Los restantes ejemplares recorren la historia del manuscrito europeo distribuida en cuatro épocas:
LOS LIBROS MONÁSTICOS Y EL SCRIPTORIUM.
VIDA CIUDADANA, UNIVERSIDADES Y TALLER ALFONSÍ.
EL HUMANISMO Y LAS LENGUAS VERNÁCULAS.
CONVIVIENDO CON LA IMPRENTA.
Además de mostrar este itinerario histórico del libro manuscrito, la exposición pone de relieve algunas de las principales características de la colección salmantina:
SU VARIEDAD TEMÁTICA, con obras que exceden las enseñanzas universitarias de la época, sin limitarse a los autores, títulos o lenguas que la normativa universitaria consideraba lecturas obligatorias para las distintas facultades.
SUS DIVERSAS PROCEDENCIAS, con libros adquiridos o escritos por y para la Universidad; donaciones de maestros y antiguos estudiantes, y con bibliotecas procedentes de otras instituciones. Entre estas últimas, destacan el fondo del Colegio Real de la Compañía de Jesús en Salamanca, recibido tras la expulsión de la orden en 1767, los libros de los conventos y monasterios de la provincia desamortizados en las primeras décadas del siglo XIX y, por último, las colecciones reunidas en los antiguos colegios seculares, centros surgidos en torno a la Universidad desde el siglo XV. Entre ellos sobresalen San Bartolomé, Arzobispo Fonseca, Cuenca y Oviedo, considerados colegios mayores: cuatro de los seis que existieron en España.
Los espacios de la Antigua Librería y la Sala de manuscritos e incunables, con sus fondos manuscritos e impresos antiguos, forman parte en la actualidad de la Biblioteca General Histórica, centro de investigación cuyas funciones principales son la conservación y difusión del patrimonio bibliográfico de una institución que se acerca a sus primeros 800 años de existencia.
La exposición, inaugurada por los Reyes el día 4 de mayo en el Salón italiano de la Biblioteca Nacional, se podrá ver hasta el 4 de junio.
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