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Ángela García Rives, pionera bibliotecaria.

Fernando Alcón Espín 20 de Abril de 2020 a las 12:32 h

"No es cosa frecuente entre nosotros que las mujeres acometan y publiquen trabajos científicos. Aún los literarios los realizan parca y excepcionalmente. Y menos, que la borla doctoral, antiguo patrimonio de cabezas barbadas, cubra cabezas femeniles, donde de ordinario lucen galas más frívolas".

Desde la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense queremos rendir homenaje a quien fue la primera bibliotecaria de la Biblioteca Nacional, Ángela García Rives, justo cuando se van a cumplir 129 años de su nacimiento.

Nace un 2 de junio de 1891 en Madrid en el seno de una familia cultivada, siendo su padre bibliotecario en el Senado. No es de extrañar, por tanto, que su carrera siguiera los mismos derroteros.


Cursa sus estudios de bachillerato en el Cardenal Cisneros y, posteriormente, en la Escuela Normal de Madrid consigue el título de maestra. Además, amplía sus estudios en el Colegio Nacional de Sordomudos y Ciegos.
Poco después se matricula en Filosofía y Letras y obtiene la licenciatura en 1912 con premio extraordinario, siendo una de las primeras mujeres en acceder a los estudios universitarios. Compañera de Claudio Sánchez Albornoz, culmina su vida académica con la lectura y defensa de su tesis doctoral en 1916 (ya trabajando en la Biblioteca Nacional), cuyo título es Felipe VI y doña Bárbara de Braganza (1748-1759): apuntes sobre su vida, posteriormente publicada por el conocido impresor Julio Casano en 1917.


De carácter tenaz y muy estudiosa, consigue una plaza en el Cuerpo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, convirtiéndose en la primera mujer que obtuvo este puesto. Según se podía leer en el diario vespertino La Época "Entre los 91 opositores figura una señora".


Después de un primer destino en la biblioteca del Instituto Jovellanos de Gijón, donde trabaja poco tiempo, y de un segundo en el Archivo General de Alcalá de Henares, es trasladada por concurso a la Biblioteca Nacional donde permanece hasta su jubilación y donde nada más llegar tiene como compañero al poeta Manuel Machado.


Al parecer de carácter conservador, realiza varias publicaciones, entre de ellas Algunas observaciones acerca de la adquisición de obras en la Biblioteca Nacional, y también Servicio de Obras Obscenas en la BN publicadas en la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos en 1923, mostrando sus reticencias a que determinadas obras se sirvan a los lectores, indicando que hay muchas obras en la literatura antigua y moderna "francamente reprobables".


Poco se sabe de su vida laboral, aunque llega a ser Jefa de la Sección de Catalogación. Después de la Guerra Civil es admitida en 1940 sin sanción alguna, al contrario de su coetánea y compañera Luisa Cuesta que es víctima de los rigores de la depuración, siendo apartada de su puesto durante 8 años. Descrita como menuda, frágil, extremadamente correcta y educada, siempre gozó del respeto de sus compañeros quienes se levantaban a su paso.

En los años 50 aparece como coautora junto a María Lusia Poves Bárcenas de dos ponencias en el I Congreso Iberoamericano y Filipino de Archivos, Bibliotecas y Propiedad Intelectual en 1952, La unificación de nuestras reglas de catalogación con las de los demás países y Lista de encabezamientos de entidades oficiales españolas.

En 1953 publica junto con Guillermo Arsenio de Izaga y Ojembarrena En torno a las instrucciones de catalogación en la Revista de Archivos, Biblioteca y Museos.


Pero mayor interés tiene su participación en la obra colectiva dirigida por el musicólogo y bibliógrafo Jaume Moll Instrucciones para la catalogación de obras musicales, discos y películas publicado en 1960 como el volumen 49 de los anejos del Boletín de la Dirección General de Archivos y Bibliotecas.


En 1961 se jubila y en 1962 se le concede la Encomienda del Alfonso X el Sabio. Al parecer, y según diferentes fuentes, muere en 1968, año en que había sido propuesta para la concesión de la Medalla al Trabajo.


Durante más de un siglo, desde la fundación de la Biblioteca Nacional de España, no hubo mujeres entre sus trabajadores. Un siglo después de la incorporación de nuestra pionera, más de dos tercios del personal son mujeres y, desde el año 2004, ha sido dirigida por mujeres, la mayoría con un claro perfil técnico.


Webgrafía:


https://negritasycursivas.wordpress.com/tag/angela-garcia-rives/

http://www.meryvarona.es/angela-garcia-rives-bibliotecaria/

http://asociacionabdm.org/noticias/angela-garcia-rives-primera-bibliotecaria-espanola-1913/

https://www.biblogtecarios.es/lauramartinez/recordando-angela-garcia-rives/

 

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