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La constitución del gremio de impresores en Lyon

Maite Rodríguez Muriedas 28 de Septiembre de 2020 a las 12:16 h

Janua logicae et physicae

[BH INC M-2(3)]

 

Desde 1495, Lyon es la tercera ciudad impresora en Europa, detrás de Venecia y París. A pesar de las tres epidemias de peste que asolan la ciudad en este periodo, la imprenta está en pleno auge. En un sólo año, 1495 se identifican 95 títulos impresos en Lyon, frente a 181 títulos en París. Se estima en alrededor de un millar, el número total de títulos publicados en el siglo XV por los 45 impresores lioneses registrados.

Gracias a una disposición impuesta por el Consulado, con el fín de atraerlos a Lyon, los impresores estaban exentos de pagar una tasa los 10 primeros años de su actividad. Como no había en Lyon ni Universidad ni Parlamento, la ciudad  gozaba de mayor libertad de impresión y se consideraba un refugio de humanismo erasmiano. Algunos mercaderes impresores como Barthélemy Buyer, muestran preferencias en general por imprimir obras dirigidas a un público amplio y variado y particularmente en lengua vulgar, como el francés: textos religiosos, manuales de comercio, novelas de caballería, tratados de educación, traducciones de textos de medicina y de derecho.

 

El desarrollo de la imprenta lionesa entraña naturalmente una demanda creciente en materias primas, sobre todo de papel, fabricado a partir de trapos. Las papeleras de Beaujolais y de Auvergne, así como los molinos de papel de Ambert van a experimentar un gran impulso principalmente gracias a la proximidad de Lyon, favoreciendo a su vez  la expansión del comercio del papel. Lyon atraerá así a los impresores del sur de Francia e incluso de España, que llegarán y se aprovisionarán de papel.

 

Otra materia prima indispensable, costosa y preciada y cuya fabricación necesita de cierta destreza particular, son los caracteres tipográficos (los tipos) que viajan y cambian continuamente de dueño. Los primeros tipos utilizados en Lyon proceden de Basilea o de Venecia, y acompañan a los primeros impresores en sus largos peregrinajes. Por ejemplo, Martin Husz compra el material tipográfico de un impresor basiliense. Tras su muerte, es su hermano, Mathieu Husz quien lo recupera. En cuanto al material de Guillaume Le Roy pasará la mayor parte a Jean de la Fontaine (impresor del siglo XV).

 

Paulativamente, los impresores lioneses se lanzan a fabricar los caracteres tipográficos ellos mismos- algunos  de estos tipos serán reutilizados más tarde en Alemanía. La inmersión de los oficios del libro en el mundo artesanal, ya presente en el centro de Lyón favorece de esta manera un importante intercambio de técnicas y de conocimientos. De hecho, el trabajo de los metales está desde ahora emergiendo en Lyón. Más de 500 orfebres del s. XVI, se han identificado instalados alrededor de Saint-Nizier. Al igual que los caracteres tipográficos, los grabados en madera fueron igualmente objeto  de ventas, de préstamos, de copias, etc. Todo está dispuesto para hacer un buen uso. Y ya lo creo que lo hicieron...

 

Son varios los ejemplares que custodia la Biblioteca Histórica "Marqués de Valdecilla" salidos de las prensas de los primeros talleres lioneses. Jean de Vingle ,originario de Abbeville, es uno de los primeros impresores-libreros en instalarse en Lyon hacía 1492, su taller producía sobre todo libros escolares. Nos interesa particularmente la figura de  Étienne Gueynard, marchante librero que al no poseer prensa, para sus impresiones recurre a los mejores tipográfos lioneses: Jean de Vingle, Nicolas Wolf, Claude Davost, Jean Clein, François Fradin Jean Moylin, por ejemplo. 

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