Durante las décadas centrales del siglo XVII se produjeron en Andalucía un tipo de cuadros muy representativos tanto del alto nivel creativo alcanzado por los principales pintores, como de las expectativas y el gusto de una de las partes más activas de su clientela. Se trata de obras organizadas en series, en su mayoría de mediano tamaño y encargadas por personajes particulares para interiores domésticos u oratorios privados. En ellas se desarrolla una "historia" de origen bíblico o hagiográfico, bien sea la biografía más o menos completa de un personaje, o las etapas de un episodio biográfico. Eso permite entender no solo los recursos compositivos de sus autores, sino también su capacidad como narradores de episodios seriados.
El contenido de estas series y el modo en el que se desarrollan reflejan con frecuencia el propio mundo de sus promotores, sus códigos y sus aspiraciones, y nos permite a su vez asomarnos a una parte de su cultura material.
Para conocer mejor estas obras y en torno al núcleo formado por la serie de seis cuadros de Murillo que narran las vicisitudes del hijo pródigo y que generosamente ha prestado la National Gallery de Dublín tras su reciente restauración, se expondrán los cuatro cuadros vinculados a dicha serie que posee el Prado, la historia de José, por Antonio del Castillo, que se conserva íntegra; y la mayor parte de los cuadros que describen la vida de san Ambrosio, por Valdés Leal. La comparación entre ellos permitirá al público apreciar tanto las afinidades como las diferencias desde el punto de vista técnico, estilístico y narrativo, de tres de los nombres principales de la pintura andaluza del Barroco.
La exposición incluye una sección con obras dispersas que en su momento formaron parte de series de este tipo, y que representan escenas de banquete o encuentros alrededor de un pozo, lo que permite llamar la atención sobre el hecho de que en este tipo de obras, junto con su importante contenido narrativo, conviven fórmulas que pertenecen a otros géneros, como el paisaje, la pintura costumbrista o el bodegón.
Con estas obras, que exigen una lectura atenta, pausada y secuenciada, y que tienen una naturaleza esencialmente narrativa, se invita al espectador a ensayar un acercamiento a la pintura antigua distinto al que es actualmente más habitual, pero que resulta más cercano a aquel que existía en la época y entre el público para el que se pintaron estos cuadros.
Para esta exposición se ha solicitado de la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid el préstamo temporal de la obra: Juan de San Bernardo. Sermon en las honras que la santa iglesia... de Sevilla consagro a la... memoria del... señor Don Ambrosio Ignacio Spinola y Guzman, su... arzobispo. En Sevilla : por Tomâs Lopez de Haro, 1684. Signatura: BH FLL 2598(4)