Los procesos contra la brujería y la quema de miles de mujeres en la hoguera ocupan un capítulo singularmente siniestro en la historia de Europa. Los trabajos de Federici han relacionado la caza de brujas con los orígenes del capitalismo y el Estado moderno y la llamada acumulación originaria. Entre los siglos XV y XVII, los cercamientos de tierras se acompañaron de una intensificación del ataque sobre las comunidades campesinas personificadas en la figura de las mujeres, especialmente de aquellas más ancianas que eran custodias de la memoria y las prácticas comunales. La historia de la modernidad capitalista resulta, por tanto, inseparable de la intensificación de la violencia contra las mujeres y de la reorganización de la familia patriarcal.
En este libro, no obstante, Federici va más allá de la investigación histórica de su obra más conocida, Calibán y la bruja. En Brujas, caza de brujas y mujeres nos muestra cómo la persecución de la brujería ha cobrado una nueva forma y vigor, precisamente en aquellos lugares en los que la frontera capitalista pretende abrir nuevos territorios a la apropiación de suelo y fuerza de trabajo. Los nuevos cercamientos de tierras en África, pero también en la India y el Sudeste asiático, se han traducido en una nueva oleada de caza de brujas, con la persecución, y en ocasiones la mutilación y asesinato, de miles de mujeres. Como en la Europa del siglo XVII, estos procesos discurren en paralelo al ataque a los comunes, la fragilización de las comunidades campesinas contemporáneas y la apertura de un mercado de tierras. Si la violencia contra las mujeres es un elemento estructural de la acumulación permanente del capitalismo, el feminismo y todos los movimientos de transformación deben tomar buena cuenta de ello: solo desentrañando estas relaciones podremos en verdad hacerle frente.