Cristóbal Acosta "el Africano", como él mismo se denominaba, nació hacia 1525 en algún lugar del imperio colonial portugués en África, probablemente San Buenaventura, en las islas de Cabo Verde. Estudió artes y medicina en una universidad castellana, que seguramente fue la de Salamanca. Gran viajero, recorrió la India y el resto de las posesiones portuguesas del lejano oriente ejerciendo la medicina. [Seguir leyendo]
En Goa conoció y colaboró con el médico y naturalista hispano-portugués, de origen judío, García de Orta, a quien imitó en su interés por la botánica de la zona, especialmente desde el punto de vista terapéutico. En el curso de sus viajes estudió directamente las plantas que crecían o se cultivaban en cada territorio, dibujándolas in situ y realizando anotaciones sobre ellas. De regreso a España pasó unos años en Burgos como cirujano municipal y murió, hacia 1593, retirado en la ermita de Nuestra Señora de la Peña, junto a Tharsis, en la actual provincia de Huelva.
En su Tractado de las drogas, y medicinas de las Indias Orientales, Acosta estudia cada una de las plantas recogidas anteriormente por García de Orta, aumentando el número de aquellas y describiéndolas minuciosamente en todos sus detalles de color, olor y forma, la cual dibuja con precisión. Junto a la descripción de las plantas y frutos, se ocupa de los lugares de su respectiva procedencia, de la recolección, obtención y conservación de ellas, de sus diferentes usos, e incluso de las rutas comerciales tanto de su tiempo como de épocas anteriores. Incluye numerosos sinónimos en lenguas de la península ibérica y del resto de Europa, así como también del lejano y próximo oriente.
Acosta tenía una mentalidad científica avanzada, y asumió el concepto renacentista de ‘experiencia' o comprobación personal, como criterio científico frente al principio de ‘autoridad' de los clásicos. En casi todos los capítulos considera, desde una postura crítica, basada en su experiencia personal, las opiniones de los autores que cita. Se refiere también a su trato con "muchos médicos y buenos letrados" de las tierras que recorrió y nos refiere que "con muchos de ellos he comunicado sobre las cosas que en éste y en el otro libro trato". Al igual que otros naturalistas de la época, como Francisco Hernández o el mismo Orta, Acosta, lejos de menospreciarlos, demuestra su interés por los conocimientos de culturas lejanas.
El Tractado tiene como apéndice la primera monografía impresa en Europa sobre el elefante indio. Está ilustrada con dos curiosos grabados xilográficos, uno que lo representa "arrimado a la palma" y otro, "armado".
La primera edición de la obra -que posteriormente alcanzaría una gran difusión en toda Europa- fue impresa, en 1578, en Burgos por Martín de Vitoria, quien ocupaba el cargo de regente en la imprenta de los sucesores de Francisco de la Presa.
La Biblioteca Histórica conserva seis ejemplares, de diversas procedencias, de la primera edición de esta obra fundamental para el estudio de las plantas medicinales procedentes del Nuevo Mundo. Su copia digital completa, accesible a través del Catálogo Cisne de la Biblioteca de la Universidad Complutense, está al alcance de cualquier persona que desee disfrutar de sus páginas.
Bibliografía
López Piñero, José María. "El Tractado de las drogas y medicinas de las indias orientales, con sus plantas debuxadas al vivo (1578), de Cristóbal de Acosta". En: Bibliofilia antigua IV : (estudios bibliográficos), pp. 101-120. Valencia : Vicent García Editores, 2002
Olmedilla y Puig, Joaquín. Estudio histórico de la vida y escritos del sabio médico, botánico y escritor del siglo XVI Cristóbal Acosta. Madrid : Imp. de los Hijos de M.G. Hernández, 1899