La Biblioteca Nacional de España (BNE, Madrid) ofrece hasta el 18 de enero la exposición "Cantorales. Libros de música litúrgica en la BNE". Se trata de una colección heterogénea de cantorales que proceden de catedrales, conventos y monasterios desamortizados en el siglo XIX, de gran interés tanto para musicólogos como para filólogos y estudiosos del libro antiguo español.
Esta exposición supone la culminación de 3 años de trabajos de estudio, catalogación y restauración de los mismos. Aprovechamos la ocasión que brinda esta muestra para llamar la atención sobre el interés del fondo musical que guarda la Biblioteca Histórica. En torno a uno de sus manuscritos gira un importante artículo de Juan Carlos Asensio, publicado en el último número de Pecia Complutense (seguir leyendo).
El fondo musical de la Biblioteca Histórica de la UCM es uno de sus tesoros menos conocidos, que no se ha identificado todavía en su totalidad, por la dificultad que supone la localización de anotaciones musicales añadidas en los márgenes o al final de los libros. Se trata por todo ello de un fondo aún poco explorado por los investigadores. Sin embargo contamos ya con varias aportaciones, la más temprana se debe a María Isabel Rodríguez López, con un estudio sobre el manuscrito fechado en 1754, El cantor instruido de Manuel Cavaza, publicado en la Revista de Musicología en 2002. Se trata de una obra autógrafa, un tratado de carácter práctico destinado a la formación de cantantes, que recoge la tradición del canto llano, además del estilo barroco propio de la época.
Posteriormente Pilar Moreno realizó una primera aproximación a los libros de música de la colección de Francisco Guerra, en un artículo publicado en Pecia Complutense en 2007. Se trata de una colección casi exclusivamente de obras de músicos, tratadistas y teóricos españoles, libros dedicados a la teoría de la música, a las reglas del arte de componer, además de una buena representación de tratados de los siglos XVIII y XIX sobre el canto llano o gregoriano. Esto lleva a plantear la hipótesis de que se trate de la biblioteca de trabajo de un maestro de capilla.
En 2011 apareció un artículo en Pecia Complutense debido a Antonio Carpallo, Juan Carlos Asensio y Esther Burgos acerca de una serie de libros de musica patrocinados por Cisneros, Cardenal de Toledo, salidos de la imprenta de Guillén de Brocar. El artículo hace la descripción bibliográfica y de la encuadernación de cinco post-incunables (Psalterium, 1515; dos ejemplares del Intonarium Toletanum 1519,1520; dos ejemplares del Diurnum 1519, 1520), de gran importancia para la historia de la imprenta. Pero además se estudia su contenido musical, por su indudable importancia para la historia de la música y de la liturgia hispanas. Cisneros, inmerso en la reforma del rito hispano-mozárabe, conservado en la catedral toledana, quiso editar los libros necesarios para el canto. El resultado fueron los primeros impresos hispanos que codifican gran parte de las melodías del rito hispano-mozárabe. Estos libros serían las fuentes de referencia para los compositores de música vocal e instrumental. El compositor y organista Antonio de Cabezón pudo inspirarse en alguna de estas melodías que estaban en circulación en su época, utilizando estos temas como cantus firmus en sus composiciones.
En el último número de Pecia Complutense se ha publicado un artículo de Juan Carlos Asensio, "Tropos, secuencias y polifonía en la Biblioteca Histórica de la UCM", en el que continúa con la labor iniciada de investigación del fondo musical. En esta ocasión se trata de un manuscrito en letra gótica libraria, originario de algún lugar del sur de Francia, que contiene la regla de San Agustín seguida de un texto con la descripción de la liturgia para una comunidad de canónigos de esta orden, que pudieron ser copiados para servir a algún centro del mediodía francés. Al final del manuscrito aparece una adición musical algo posterior, que se realizaría en la península o en un territorio próximo. Se trata de cuatro prosas monódicas dedicadas a la Virgen, alguna de ellas no localizadas en otras fuentes, un Agnus Dei tropado, también a una sola voz, y un Benedicamus Domino a dos voces, que aparece también en otras fuentes españolas y europeas. Se cierra el artículo con la publicación de estas piezas en edición moderna, para hacer posible su interpretación.
Sobre la exposición de la Biblioteca Nacional, noticia en Hoyesarte