Hoy día 26 la Real Academia Gallega de Ciencias conmemora, en su cuarta edición del Día del Científico gallego, al astrónomo y matemático Ramón María Aller Ulloa (1878-1966). Nacido en Lalín, Pontevedra, estudió en el seminario de Lugo y fue ordenado sacerdote tras obtener un doctorado en Teología en 1889. Estudió Ciencias Exactas primero en Oviedo y luego en la Universidad de Madrid (actual Universidad Complutense de Madrid) en la que se licencia en 1904. Aller tuvo, a lo largo de sus 88 años de vida, una prolífica carrera en la que destacó por el diseño de instrumentos, la puesta en marcha de observatorios y numerosos descubrimientos estelares.
Ya en 1905 comenzó a realizar observaciones astronómicas en su casa de Lalí, que van dando lugar a varias publicaciones que se alternan con otras de ámbito matemático. En 1908 lee su tesis doctoral en la Universdad de Madrid con el título Sobre la noción de continuidad en análisis matemático. En 1917 decidió crear su propio observatorio.
En 1918, publicó su primer libro, Algoritmia: principios fundamentales de la ciencia de los números, con la ayuda financiera de su tío Saturnino. Este le deja su herencia, con la que aumenta sus instrumentos y así puede mejorar notablemente sus observaciones. Fruto de las mismas son varios artículos que aparecen en revistas internacionales, como la alemana Astronomische Nachrichten, y la francesa L´astronomie. Sus estudios sobre las estrellas dobles fueron pioneros en España.
Su labor como profesor en la Universidad de Santiago de Compostela comienza en 1940, y es en 1943, cuando se inaugura, apoyado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Observatorio actual del campus de esta universidad, al que traslada todo el instrumental que poseía en Lalín. El profesor Vidal Abascal desempeñó un papel decisivo en estos logros.
Por el Observatorio de Santiago pasaron numerosos estudiantes y colaboradores, muchos de los cuáles desempeñaron un papel importantísimo en el desarrollo de las matemáticas en la Universidad de Santiago de Compostela.
En 1943 publica un nuevo libro, Introducción a la Astronomía. Tras el nombramiento como director del Observatorio ese mismo año, se crea la cátedra de Astronomía de la universidad, de la que es nombrado catedrático en 1949 (aunque fue el encargado de la cátedra desde 1944); como tal permanece hasta 1965.
Su dimensión internacional queda también de manifiesto en que fue miembro de la Comisión 26 de la Unión Astronómica Internacional (IAU), y miembro de la Comisión Nacional de Astronomía, que representa a España en la IAU.
Su producción científica, teniendo en cuenta las circunstancias de la época, cabe calificarla de extraordinaria: 78 publicaciones que comprenden artículos, notas y comentarios y 4 libros. Dirigió 5 tesis de doctorado, descubrió 4 estrellas dobles y diseñó multitud de aparatos de observación así como cálculos y catalogos estelares. Recordemos que su fama llevó a que el astrónomo Hugh Percy Wilkins bautizara un cráter lunar con el nombre de Aller.
Fuentes: