Organizan: Luis Mayo, Biblioteca de Bellas Artes
Comisaria: Inés Gómez
Texto: Ángel Serrano
Exponen: Alumnos del Grado en Diseño 2011-2015
Cuando una tarde de julio de 1992 entré por la puerta de mi casa con la inasible (para un niño de 12 años) caja de mi nueva y flamante HP Deskjet 510, sólo tenía una idea en mente: ¡podía imprimir!
Imposible recordar el texto. Ni la tipografía. Sí recuerdo, sin embargo, que cuando ví el papel en mi mano pensé «vaya». El texto estaba alineado a la izquierda. La segunda oportunidad ya salió justificada (siempre fui un niño ordenado). Y desde entonces.
Robert Bringhurst dice que la tipografía existe para honrar el contenido. Y honrar el contenido no es más que elegir aquella letra que mejor se acompase a lo que el texto quiere comunicar, que mejor baile (como diría el propio Bringhurst) el vals de la información que ha de llegar a los ojos que lo lean. Elegir qué retícula, qué márgenes. Jugar con el espacio en blanco, sabiendo también hasta dónde llegaron otros (como David Carson, o Jeffrey Keedy). Hochuli dice que «el efecto de cada cosa impresa depende de la relación entre la superficie impresa y la no impresa». Y en esa relación los diseñadores habitamos, para elegir el mejor vehículo que transmita el mensaje.
En esta exposición encontramos trabajos agrupados en diferentes categorías. Aquellos que ensalzan la tipografía que muestran, teniéndola esta vez como razón de ser y no como medio. Otros pensados a largo plazo: publicaciones periódicas, revistas, fanzines... Y libros, cómo no. Espacio en el que el talento está más que nunca al servicio de la historia que encontramos... invisible si es una novela, o audaz de la mano del contenido en otros muchos géneros.
El trabajo del diseñador cobra vida cuando el soporte puede asirse, plegarse, agitarse. Cuando nos permite abanicarnos. Por mucho que ahora la profesión lleve el apellido de On/Off (basta con darse un paseo por los portales de búsqueda de empleo), es offline, a través de una impresión offset, o un plotter de vinilo de corte, o una alzadora, donde el orgullo del autor yace y se satisface.
Y esta exposición habla de esto. De trabajos que exigían un producto de impresión, de paseos por las imprentas, de visitas a rotativas, de alumnos que quisieron que sus diseños cobrarán vida más allá de un archivo digital.
Esta muestra de alumnos de la 1ª promoción de Diseño de la UCM, presenta trabajos realizados para las asignaturas del itinerario de Diseño Gráfico. Mismos enunciados resueltos de diferentes y personales maneras, porque como dice Kapr: «...estará permitido interpretar un texto de diversas maneras, del mismo modo que una ópera o una pieza de música es puesta en escena de forma diferente por artistas diversos. Pero el artista que reelabora la obra tiene que empeñarse en que concuerde con el espíritu de la obra de arte pretendida, no puede oponerse a ella.»
Pasen y vean... aun cuando a nosotros lo que nos gustaría de verdad es que tocaran.
Ángel Serrano