Durante los dias 25 al 29 de julio de 2011, en los Cursos de Verano de El Escorial, tendrá lugar la segunda edición del curso dedicado al estudio de la Neuroestética, que tuvo gran aceptación el pasado año.
Cuenta con el patrocinio de la SEN. Está dirigido por los Doctores Antonio Martín-Araguz,neurólogo y director del Á¡rea de Cultura de la Sociedad Española de Neurología y José Javier Campos Bueno, director del Legado Simarro de la UCM. Actúa como secretario el Dr. Víctor Fernández-Armayor Ajo, neurólogo especialista y responsable del Área de Historia de la SEN.
Además de los directores y el secretario del curso, también participan como profesores los doctores Semir Zeki, Juan Luís Arsuaga, Carlos García Gual, Manuel Álvarez Junco, Francisco Javier Carod-Artal, Chumilla Carbajosa, Octavio de Juan Ayala y María de los Ángeles Ceballos Hernansanza.
Decía Dostoievski: "La belleza salvará al mundo". Se refería al enfrentamiento frente al mal abstracto o la fealdad. El bien y el mal, la belleza y la fealdad son los desafíos duales a los que nos tenemos que enfrentar constantemente los seres humanos. Si tratamos uno de estos pares dejando al otro de lado, nuestra verdad nunca será válida.
En estos tiempos de crisis y de miserias omnipresentes, de violencias integristas ciegas, de catástrofes naturales o ecológicas, hablar de la belleza puede parecer incongruente, incluso provocador. Casi un escándalo. Por esa misma razón vemos que, en lo opuesto al mal y a la fealdad, la beldad junto con la bondad se sitúan, efectivamente, en la otra punta de la realidad a la cual debemos enfrentarnos. El Universo no tiene obligación de ser bello y, sin embargo, es bello. Hay quienes piensan que la belleza revela, así, la presencia del ser en el mundo. Mientras que para otros la belleza es un producto de nuestro cerebro. El cerebro secretaría belleza como el hígado secreta bilis... En cualquier caso, al igual que el placer, inconcebible sin el sufrimiento, la fealdad, sigue a la belleza como su sombra. Procesos opuestos, que en definitiva, de nuevo, nos conducen al cerebro y a la mente, al cuerpo y al alma. A la dualidad, en definitiva.
El sentido y el sentimiento de la belleza, aún resultan ser una incógnita, a pesar de los ríos de tinta que sobre ello se han vertido. Que el Cosmos nos sorprenda por su magnificencia, que la Naturaleza resulte fundamentalmente bella, es un hecho confirmado por la experiencia que todos compartimos. ¿La belleza es una cualidad original, intrínseca del Universo, como lo es la vida, o es el resultado de un azar? ¿Es nuestro cerebro el que aprecia esta "visión interior" como una experiencia bella? Sí, puede surgir la voz crítica: las montañas nevadas, tan bellas, son el resultado telúrico del choque de las placas tectónicas, y las rosas, tan fragantes, muestran esa belleza de una forma interesada, para atraer a los insectos que contribuyen a la polinización... ¿La belleza de la Naturaleza es, pues, un engaño? Aun en el caso que todo sea una construcción de nuestra mente (o cerebro, tanto monta...), el hecho de que el hombre sea una parte de la aventura de la vida en este Universo, y que esta maravillosa aventura le haya llevado a tender hacia lo espiritual, con su capacidad de pensar y de elaborar ideas, es, ya de por sí, un milagro.
En este curso pretendemos reflexionar cómo la creatividad, el arte, la belleza, la necesidad religiosa de trascendencia y la ciencia proceden, en definitiva, de las funciones del maravilloso cerebro humano.
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