Se acerca la fecha del 22 de abril y como anunciamos en este blog, las bibliotecas del campus de Somosaguas estamos preparando un taller de poesía con sentido del humor, dentro de la V Semana Complutense de las letras.
Para participar, invitamos a seleccionar poemas humorísticos, que serán clasificados en cuatro categorías: Poemas españoles clásicos, poemas españoles contemporáneos, poemas extranjeros de cualquier época, y una cuarta sección de poemas elaborados por autores vivos, consagrados o no.
Para ir calentando motores, durante esta semana vamos a ir publicando una selección de los poemas que hemos ido recopilando, tanto en este medio, como en las cuentas de facebook y Twitter de las bibliotecas del campus, con el hastag #poesiasonriente
Podéis enviarnos los poemas como comentarios a este blog.
No faltéis a la cita con la poesía sonriente, el próximo día 22 de abril de 4 a 6 de la tarde, en el Salón de Grados Luis Simarro, en la facultad de Psicología.
Empezamos con las damas:
Sor Juana Inés de la Cruz
Verde embeleso
Verde embeleso de la vida humana,
loca esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros vana;
alma del mundo, senectud lozana,
decrépito verdor imaginado;
el hoy de los dichosos esperado,
y de los desdichados el mañana:
sigan tu sombra en busca de tu día
los que, con verdes vidrios por anteojos,
todo lo ven pintado a su deseo;
que yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.
Gloria Fuertes
La gente dice:
La gente dice:
«Pobres tiene que haber siempre»
y se quedan tan anchos
tan estrechos de miras,
tan vacíos de espíritu,
tan llenos de comodidad.
Yo aseguro
con emoción
que en un próximo futuro
sólo habrá pobres de vocación.
Jane Kenyon
La camisa
La camisa roza su cuello
y se alisa sobre su espalda
se desliza por sus costados
e incluso va más allá de su cinturón
dentro de sus pantalones.
Afortunada camisa
Ivonne Sánchez Barea
Soneto pardillo
Son catorce versos amarillos,
lanzados al viento por la puerta,
con sus silabas y su revuelta,
palabras en capa, sus ganchillos.
Las letras dibuja con palillos
las silabas teje casi muerta,
que por errores no se cometa,
los desastre haciendo mil ovillos.
Los maestros dicen ¡Que pardillo!
por no entender como es éste cuento,
que se ha de contar en los sonetos.
Para y se planta con el rastrillo,
y se libera con los encuentros,
replica ¡Soy voz de los momentos!