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Cine y psicópatas

JOSÉ MIGUEL ÁLVAREZ GIL 29 de Abril de 2015 a las 15:22 h

EL ESTRANGULADOR DE BOSTON (Richard Fleicher, 1968, EE.UU., 120 min.)

Casi desde sus orígenes, el cine quiso prestar una especial atención a los psicópatas. Aunque en las últimas décadas Hollywood parece haber descubierto todo un filón con este tipo de personajes, lo cierto es que desde muy temprano, directores de la talla de Fritz Lang o Alfred Hitchcock convirtieron al psicópata en protagonista de varias de sus películas.

Uno de los ejemplos más conocidos es M, el vampiro de Düsseldorf (1931), película inspirada, como ocurriría con muchas otras, en sucesos reales, por más que Lang utilizara este caso para plantear sus críticas a la sociedad del momento. Llama la atención que en 1931 su director mostrase a un asesino de niños como un enfermo mental incapaz de controlar sus impulsos, un análisis presente en otros films.


Alfred Hitchcock convirtió al asesino en serie en protagonista de varias películas como La soga, Psicosis o Frenesí. El final de Psicosis presenta también un análisis de la enfermedad de Norman Bates, esta vez por un psicólogo que trata de explicarnos las razones de sus crímenes, la influencia de su madre, su represión sexual, muy en la línea del psicoanálisis de la época.


De los años sesenta es también El estrangulador de Boston, ejemplo de película que supuestamente se inspira en un hecho real pero que tergiversa cuando no inventa la mitad de la historia. Aquí también se recurre a esa supuesta doble personalidad del criminal, en este caso de Albert DeSalvo, aunque ya veremos lo discutible de esta visión, más justificadora que otra cosa. Lo cierto es que DeSalvo nunca fue condenado por asesinato sino por violación y, desde luego, independientemente de si fue o no el verdadero, o el único estrangulador de Boston, cosa que muchos expertos investigadores discuten hoy día (existen documentales al respecto además de la interesante película, al parecer mucho más fiel a los hechos que la de Richard Fleischer, The Boston Strangler-The Untold Story). De los 60 es también una magnífica adaptación de la novela de Truman Capote A sangre fría, dirigida por Richard Brooks.


A partir de los 70 empezamos a ver como el cine de terror utilizará a los psicópatas como un auténtico filón, El resplandor de Kubrick sería buen ejemplo de ello. A medio camino entre el gore y el retrato psicológico se encontraría Henry, retrato de un asesino, película que no ha envejecido muy bien, pero que a pesar centrarse demasiado en las acciones violentas y sórdidas de los protagonistas (es una película de los 80...), traza un perfil psicológico de dos de los mayores asesinos en serie de la historia de Estados Unidos, como fueron Henry Lee Lucas y Ottis Toole. Análisis discutible porque cae en algunos tópicos como que ambos se criaran en hogares desestructurados o rasgos muy discutibles como que los psicópatas pueden albergar sentimientos de compasión y empatía hacia los demás, cuando es precisamente su ausencia lo que los caracteriza.


En los noventa tendríamos auténticos clásicos del género como son El silencio de los corderos, Seven, Tesis, American Psycho, entre otras. Tampoco queremos ser muy exhaustivos, simplemente mencionar algunos títulos destacados. El auge de la novela policíaca en los últimos años, ha convertido al asesino en serie casi en protagonista de todo un género.


Pero, ¿cómo son los psicópatas? ¿Han sido bien retratados por el cine? ¿Qué explicaciones nos aportan los psicólogos de estos individuos?


Los psicópatas no son exactamente enfermos mentales como bien intencionadamente se nos ha hecho creer en algunos films.


Son varios los motivos que suelen estar detrás de las acciones de los psicópatas: sexo/sadismo, poder/control, venganza, lealtad, lucro y generar terror. El segundo y el tercero están presentes en los casos de psicópatas más conocidos como el hijo de Sam, Jeffrey Dahmer, Ted Bundy o otros más próximos como el Asesino de la Baraja o el Asesino del Parking.


El asesino en serie siente la imperiosa necesidad de cometer sus actos pero eso no significa que no tenga ningún control, lo tiene y prueba de ello es que elige el mejor momento para actuar, es capaz al menos de limitar los riesgos de que le atrapen. Sus crímenes suelen estar planificados con antelación. Cuando termina de cometer su acto criminal, el psicópata experimenta un alivio, esa tensión que sufría disminuye, mientras se siente plenamente satisfecho por el placer que ha conseguido. Sus crímenes son a menudo percibidos como meras fantasías sexuales y experimentan lo que una persona sentiría después de haber conseguido llevar a cabo su fantasía. Sólo que dicha fantasía implica, nada menos, que la muerte de la otra persona.


Algo así es difícil de entender por el común de los mortales. Que alguien sienta verdadero placer destripando a alguien es difícilmente comprensible, para los no psicópatas semejantes actos solo producen repulsión. Y sin embargo es algo así lo que experimentan. De ahí que los calificativos de loco o enfermo mental sean realmente problemáticos. ¿Qué es un loco? ¿A qué llamamos enfermo mental?


Para empezar el psicópata está perfectamente cuerdo cuando comete sus crímenes, además los suele planificar con antelación y es capaz de detenerse para buscar un momento más apropiado. Un psicótico como Norman Bates tiene alterada la realidad pero un psicópata utiliza esa realidad en beneficio propio. No es ningún loco, al menos en el sentido que mucha gente tiene de esa palabra. No debemos hablar exactamente de enfermedad mental cuando hay plena consciencia de lo que se está haciendo.


Los psicópatas carecen casi por completo de inteligencia emocional, no conocen la empatía, no sienten nada por sus víctimas, el dolor ajeno le es totalmente indiferente. De ahí que puedan cometer actos que a cualquier persona le resultaría repugnante, pero que para ellos constituye su verdadera personalidad, es con esos actos cuando se sienten más satisfechos.


Contra lo que muchos pudieran pensar, los asesinos en serie no tienen por qué haber sufrido malos tratos ni haberse criado en un hogar desestructurado. En no pocos casos tuvieron infancias normales, y otros muchos que no la tuvieron no se han convertido en psicópatas siendo adultos.


Lo que caracteriza al psicópata es su relación con la realidad, su impulso natural al control absoluto de otras personas. Como señala Vicente Garrido en su libro La mente criminal "...habría una motivación general para todos los asesinos en serie: lograr el control de una parcela de la realidad donde ellos definitivamente encuentran su mayor realización personal, lo que incluiría todo el proceso que va implícito en la preparación, ejecución y ocultación de cada asesinato". Aunque no todos los psicópatas acaban matando, sí "se precisa una personalidad psicopática de base (definida como la incapacidad para sentir las emociones morales humanas fundamentales: amor, empatía, compasión, así como la culpa) para que alguien se decida a asesinar como forma de encontrar su lugar en el mundo".


Aunque los asesinos en serie más conocidos han justificado sus acciones con diferentes motivos, en general no son más que pretextos para poder explicarse que llevando a cabo esos actos alcanzan su auténtica naturaleza. El asesinato y la forma en que lo llevan a cabo es un fin en sí mismo, no es un medio para algo más. Es mediante ese acto como alcanzan su fantasía, alcanzando el máximo placer. De ahí que tengan que seguir cometiendo los mismos actos, incluso con mayor asiduidad para poder satisfacer esa pulsión que les impulsa, a modo de tensión sexual, para llevar a cabo esos actos.

Aunque se señale a Jack el destripador como el primer asesino en serie, lo cierto es que han existido en todo tipo de sociedades, si bien es cierto que el contexto cultural puede incitar o inhibir a estos sujetos. Algo deberá estar pasando en nuestra sociedad para que cada vez sea mayor el número de psicópatas, y no solo porque la policía cuente con una mayor preparación y mejores medios para resolver estos casos.

El cine, como hemos visto, ha hecho su particular acercamiento a la figura del asesino en serie, si bien con desigual fortuna, aportando a veces explicaciones que tratan de ver al psicópata como a un enfermo mental o simplemente recreándose en sus actos criminales para desarrollar un thriller. Lo cierto es que no suelen ser tan inteligentes como un Hannibal Lecter ni tampoco es que tengan una especie de doble personalidad que les obligue a cometer sus crímenes. Al final la realidad es más simple que todo eso.

 

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Comentarios - 5

Andres

5
Andres - 22-08-2015 - 22:43:11h

Coincido en lo importante analizar el efecto que tiene la exposición contínua a la violencia como entretenimiento y los nuevos valores etico-morales que parecen proliferar hacia un nuevo paradigma donde todo vale.

Nautilus

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Nautilus - 2-07-2015 - 17:21:50h

Como bien deja claro el artículo, debemos de diferenciar las buenas películas en las cuales se describe y se analiza al personaje psicológicamente (por lo que se mueve, su pasado, su entorno,etc..) con las películas en las que simplemente se encajan los personajes en una trama.

 

Cuando se analiza el entorno del personaje, esa locura puede estar "justificada" de alguna forma y el espectador puede entender los motivos que mueven a la persona (aunque no se compartan).

 

Diferenciemos hacer cine con hacer CINE con mayusculas.

 

Enhorabuena por el post, muy interesante.

Camila

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Camila - 9-05-2015 - 09:01:28h

A mi parecer la psicopatia ha sido una de los temas mas recurrentes que se pueden detectar de manera transversal en la carrera de los mejores directores de cine que hemos tenido o tenemos.

 

Stanley Kubrick, uno de los genios del cine quien realizo innovaciones en terminos artisticos y tecnicos aportando invaluablemente a la historia del cine uso personajes con desordenes psicologicos o derechamente psicopatas en la mayoria de sus cintas. Pasando por la comedia, la accion y el drama la presencia de un psicopata en la trama de la historia es casi infaltable en su filmografia.

 

Tambien recordemos a Alfred Hitchcock quien tambien hizo uso extensivo de psicopatas para apoyar lineas dramaticas de conflictos mayormente internos.

Psicologa Mariola

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Psicologa Mariola - 6-05-2015 - 13:57:42h

Más allá de analizar psicológicamente a los personajes, es importante analizar el efecto que tiene en nosotros mismos la exposición contínua a la violencia como entretenimiento.

 

El efecto en los niños es evidente, pero por nuestra consulta pasa mucha gente adulta que incluso sabiendo que la historia no es real, encuentra dificultades para salir de la película una vez que sale del cine.

 

Francamente, me preocupa que encontremos divertidos los transtornos psicológicos; pero reconozco que es inquietantemente interesante.

Carlos Gil

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Carlos Gil - 4-05-2015 - 18:28:30h

Me resisto a creer que José Miguel, el autor de este post, y el profesor Florentino Moreno sean los únicos cinéfilos de nuestra Facultad de Psicología con ganas de revitalizar esta sección del blog. Ojalá se animaran estudiantes de psicología o logopedia a escribir sobre psicología y cine. José Miguel ha escogido un tema de actualidad y de gran interés narrativo, abierto permanentemente a renovados tratamientos cinematográficos. Los psicópatas infunden temor, desconcierto, pero también seducen. Como señalaba Patricia Highsmith, "desde el punto de vista dramático, los criminales son interesantes porque, al menos por un tiempo, son enérgicos, libres de espíritu, y no se someten ante nadie".


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