3 de noviembre a 31 de diciembre de 2016
HORARIO: lunes a viernes, de 9:00 a 21:00 horas. ENTRADA LIBRE
En 2016 se han cumplido cien años de funcionamiento ininterrumpido, sin haber sufrido ningún accidente, del primer teleférico para pasajeros de toda Norteamérica, el "Niagara Spanish Aerocar". Había sido construido por una empresa española registrada en Canadá, The Niagara Spanish Aerocar Company, con capital español, administradores españoles, ingeniero constructor español, material transportado desde España a Canadá durante la I Guerra Mundial y explotación comercial inicial española; en suma, I+D+i de hace cien años.
Fue obra de Leonardo Torres Quevedo quien, en 1930, fue caracterizado por Maurice d'Ocagne, presidente de la Sociedad Matemática Francesa, en las páginas de Le Figaro, como "el más prodigioso inventor de su tiempo".
En efecto, Torres Quevedo desarrolló la tecnología mecánica hasta el límite con sus máquinas algébricas (1893-1901); patentó un sistema de dirigibles autorrígidos (1902-1906) que, consagrados durante la I Guerra Mundial, siguen constituyendo actualidad en la Aerostación dirigida; inventó el primer mando a distancia, el telekino (1902-1904); construyó el primer teleférico abierto al público en el mundo, el transbordador del Monte Ulía; y, sobre todo, con sus fundamentales Ensayos sobre Automática (1914), sus ajedrecistas (1913-1922) -los primeros autómatas dotados de "inteligencia artificial" de la historia- y su aritmómetro electromecánico (1920) -probablemente el primer ordenador en el sentido actual del término-, se adelantó en varias décadas a los pioneros de la Informática del siglo XX.