Quienes hemos tenido la inmensa fortuna de haber compartido con Carmen trabajo y proyectos, podemos decir que ha sido una excelente profesional, cuyos conocimientos sobrepasaban con creces los propios de la profesión. Su actitud ante el trabajo y ante la vida, su enorme generosidad, su alegría, su profundo sentido ético, su bondad, han hecho de ella una profesional íntegra, pero sobre todo, una gran persona, una mujer excepcional. Nunca dudó en colaborar con los proyectos bibliotecarios de cooperación al desarrollo en Bolivia, en Perú, allá donde hiciera falta. Siempre estaba dispuesta a impartir sus cursos de redes sociales y a trabajar en todo cuanto nos pidieran nuestros amigos bibliotecarios de las Américas porque sabía que merecía la pena cualquier proyecto, por modesto que fuera, para hacer llegar los libros y la cultura a quienes tienen menos oportunidades. Todos cuantos la queremos hemos sabido y disfrutado de sus cualidades pues siempre nos ha colmado con su grandeza y contagiado su inconmensurable vitalidad. Su corazón era verdadero y su espíritu libre. Sin ti, el mundo se vuelve aún más feo, más triste, más fiero si cabe. Feliz viaje allá donde quiera que vayas, querida Carmen.
Parece que estés en el punto más álgido de tu existencia.
A Carmen
Porque fuiste hecha del metal más puro
alcanzaste
en el punto más álgido de tu existencia
tal asombrosa plenitud
que la vida se te hizo pequeña
en tu perfecto dominio sobre los vivos.
Pareciera que enmudeciste para siempre y sin embargo
tu voz vibra con sutil armonía
conjurando nuestra fragilidad
frente al tiempo, contra el miedo,
frente al silencio
contra el olvido.
Javier Gimeno.
Variaciones de Este día. Adam Zagajewski (Asimetría)
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Vas con las mariposas, con las alas del viento,
al refugio de un cielo donde no hay lagartijas,
sin límites de tiempo ni lamento de umbría.
Y soltaste tu mano de nuestro laberinto,
mas no tu corazón prendido a nuestra piel
para poder seguir sin tu afán de abanicos,
sin tus pasos de baile, sin tu risa carmín.
A esta sombra nos dejas, sin tu aliento animado,
nuestras sandalias rotas y un camino perdido.
Morir no es suficiente, tu energía nos queda,
tanto, tanto caudal en tu palabra y gesto.
Nuestra Carmen se ha ido con las alas del viento.
Mª Luisa García Ochoa
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Yo no voy a morirme. Salgo ahora
en este día lleno de volcanes
hacia la multitud, hacia la vida [...]
Aquí me quedo
con palabras y pueblos y caminos
que me esperan de nuevo, y que golpean
con manos consteladas en mi puerta.
Pablo Neruda. Voy a vivir