Sergio Fajardo, exalcalde de Medellín, Colombia, impartió el pasado jueves 16 de diciembre en el Instituto Cervantes de Madrid la conferencia titulada "La cultura como eje de la transformación social de Medellín". Esta conferencia clausuraba las jornadas del Cervantes: "Desarrollo, sostenibilidad y cultura: el papel social de las bibliotecas".
Sergio Fajardo fue el alcalde que transformó los barrios más pobres y marginales de la ciudad antioqueña de Medellín en barrios dignos.
Con el empeño de entregar "lo más bello a los más humildes", Fajardo construyó en esas barriadas los parques biblioteca, auténticos centros culturales de integración y conviencia de las gentes más desposeídas, para quienes la única razón de la vida era la muerte. Muerte violenta a manos de sicarios: jóvenes convertidos en sicarios para matar a sus convecinos por unos pocos dólares.
Como en todas las ciudades de los países rotos por las miserias de un sistema miserable, Medellín está partido en dos mitades: la mitad rica y la mitad pobre. La orografía de esta hermosa ciudad hace que la primera mitad viva en la bajura, junto al río Medellín, y la segunda mitad viva en las barriadas de las alturas. Barriadas miserables ubicadas en las partes más inaccesibles de la ciudad donde viven los que no se pueden ver porque nadie accede a ellos: son invisibles. Para curar la ceguera de quiénes viviendo en las bajuras no veían a los de las alturas, Fajardo construye el metro cable, que es una extensión aérea del metro de Medellín. Con el metro cable, los medillenses también pasean por la pobreza junto con los turistas para contemplar los parques biblioteca, y los pobres se hacen más accesibles y visibles. Los de abajo que viven arriba se hacen ver por los de arriba que viven abajo.
En los parques biblioteca, los niños y los adultos tienen un espacio para el juego, para la lectura, para el cine, la música, el teatro, las relaciones, la tecnología, y también, un lugar donde aprender y recibir ayudas económicas para crear cooperativas, microempresas y actividades de emprendimiento que les permita obtener una fuente de ingresos y de dignidad para salir de la miseria y de la violencia.
"La dignidad, dice Fajardo, es un arma poderosa de transformación social".
En los cuatro años que estuvo de alcalde en esa ciudad 'paisa' del departamento colombiano de Antioquia, bellísma ciudad llamada "de la eterna primavera" con las gentes más afables y acogedoras de Colombia -según fama dentro y fuera de Antioquia-, la ciudad se transformó radicalmente para pasar de ser uno de los territorios de las bandas del narcotráfico bajo el yugo de Pablo Escobar y sus secuaces, a ser la ciudad de la convivencia y la dignidad.
Sergio Fajardo es matemático y eso se nota en la clarividencia de su exposición y en la lógica de su pensamiento. Partiendo del reconocimiento y del análisis de los problemas reales según principios matemáticos, se trataba de llegar a la solución lógica de aquéllos según los mimbres del conocimiento riguroso y de la disciplina metodológica.
Dos eran los grandes problemas de la realidad medillense que era preciso resolver de manera rigurosa, de un modo científico matemático. Dos problemas, además de otros muchos, pero dos problemas cruciales: miseria, vale decir, injusticia social y violencia. Ambos en retroalimentación constante: uno la causa del otro y viceversa. Injusticia social como causa y sinónimo de miseria y ambos -el mismo-, causa de la violencia, la cual, a su vez, es causa de la miseria.
A problemas reales y pragmáticos había que dar soluciones rigurosas y científicas para que fueran tan reales y tan pragmáticas como los problemas. El análisis pertinente de esta conjetura se resolvió con dos grandes soluciones: la educación y la cultura. Ambas soluciones, bien estructuradas y bien construidas bajo criterios científicos, pero, sobre todo, con el corazón, conseguirían, a su vez, dos resultados fundamentales: dignidad para las personas y disminución, cuando no superación, de la miseria, es decir, de la injusticia social.
Con este análisis, Fajardo y su equipo municipal se pusieron manos a la obra. Lo primero, construir los grandes ejes para atajar los problemas y aplicar los resultados: La educación: motor de transformación social. "Medellín, la más educada". Este fue la filosofía, el eslogan y el espíritu que movió todo el engranaje de la maquinaria municipal bajo la autoridad de Fajardo.
Medellín, la más educada, necesitaba dotarse de mimbres fuertes y sólidos:
- Gestión eficaz y eficiente sin dejar de ser democrática y transparente, basada en la confianza.
- Participación ciudadana de todos los habitantes de Medellín en esa gestión, empezando y desarrollando los presupuestos participativos: "Con tus impuestos construimos la ciudad. Construimos ciudadanía"
- Urbanismo social. La arquitectura para los ciudadanos de Medellín: escuelas, hospitales, parques, museos, bibliotecas...
- Jóvenes. La construcción de Medellín para el futuro que es presente: los jóvenes. Las calles, las plazas, los parques, también las escuelas y las universidades, los centros de emprendimiento, las bibliotecas y museos...
- Conocimiento: educación, ciencia y tecnología, investigación, innovación y desarrollo, cultura... motores de tranformación social.
"Quien coge un libros en sus manos no coge un arma"
Este es el resultado: una ciudad, aún con cientos de problemas sociales sin resolver, que se construye en torno a los mimbres hilvanados bajo una lógica y un riguroso análisis matemático, un sentimiento y un corazón verdaderos con la mirada limpia puesta en el otro en un bello ejercicio de alteridad. La mejor muestra, los parques biblioteca de los barrios míseros. La educación y la cultura, motores de transformación social.
Imágenes de los Parques Biblioteca de Medellín: