Xirto es un compañero singular, pues es un perro Labrador de capa negra, casi azabache, que trabaja en la biblioteca. Es el perro guía de nuestra compañera de los Servicios Centrales, Isabel Gutiérrez.
He encontrado una pequeña reseña histórica sobre la utilización de los perros-guía que, parece ser, se inició en Alemania, después de la I Guerra Mundial. Luego su utilización pasó a EE.UU. La principal dificultad, al principio, residía en la falta de buenos adiestradores. En España, la Fundación ONCE de perros-guía (FOPG) es la encargada de proporcionar los perros-guía, como auxiliar de movilidad, a las personas ciegas o con deficiencia visual (http://www.arrakis.es/~nnui/historia.htm)
Desde que se incorporó a la Biblioteca, Xirto se ha integrado y adaptado al entorno laboral plenamente. Su sociabilidad ha hecho que se lleve bien con todos nosotros. El ser tan buen compañero, es lo que nos obliga a los que trabajamos cerca de él, a tratar de poner un especial cuidado en no prodigarle demasiadas caricias, a pesar de que, a veces, no podamos contenernos porque es tan agradecido que las recibe con gran alborozo, moviendo el rabo y tumbándose panza arriba, ni a darle alguna que otra chuche que, debido a su glotonería estaría dispuesto a recibir a cualquier hora. Este comportamiento lo seguimos sobre todo cuando lleva su arnés que nos indica que está trabajando y, por tanto, que no se le debe distraer.
La ONCE tiene un decálogo de recomendaciones sobre el comportamiento que debemos tener hacia los perros guía, que nos vendría bien recordar:
DECÁLOGO DEL COMPORTAMIENTO CIUDADANO ANTE LA PRESENCIA DE UN PERRO-GUÍA(http://perrosguia.once.es/)
- No me des de comer ni me llames cuando estoy trabajando. Los silbidos me distraen.
- Si quieres saludarme pregunta primero a la persona.
- No dejes tu perro suelto cerca de mí. Intenta controlarle.
- Para dar una indicación a mi dueño, no tires de la correa ni me agarres del arnés.
- Recuerda que soy los ojos de una persona. No impidas mi paso a los establecimientos ni transportes. La ley me ampara.
- No me tengas miedo. Ni soy agresivo ni transmito enfermedades.
- Si cuando vas conduciendo ves que intento cruzar, ten precaución y para a una distancia suficiente para no asustarme.
- Facilítame una ubicación cómoda en los transportes públicos.
- Somos perros limpios. Las necesidades siempre lejos de las aceras en los lugares adecuados.
- Si estoy trabajando, vendiendo el cupón... ¡Cómprame uno... o dos!
Gracias a la gran labor social de ONCE más de mil perros guía conducen a personas ciegas por nuestras calles de forma más segura y autónoma.
Xirto tiene muy bien aprendido su comportamiento en el trabajo y lo hace a las mil maravillas. Durante la jornada laboral, también tiene su pausa para el desayuno. Es en ese momento cuando su dueña le permite alguna licencia y así emprende una ruta que se sabe al dedillo: visita al despacho de Tecnología e Innovación, en donde Pepe Monreal le guarda una manzana y de regreso al despacho de Isabel, una pequeña visita a Manuel Ruiz de Elvira para que le de una galleta perruna, que hace sus delicias. A continuación, se tumba en su colchoneta cerca de Isabel y se queda allí tranquilo, dando una cabezada y algún ronquido que otro, hasta que llega la hora de marchar a casa, guiando a su dueña en la ruta del autobús hacia casa.
Para los bibliotecarios que trabajamos cerca, Xirto no ha supuesto ningún problema, sino todo lo contrario, pues su integración y sociabilidad son totales, a veces mucho mayores que los de algunas personas.