Las plantas medicinales, como medicamentos que son, pueden provocar problemas relacionados con la seguridad del paciente y con la eficacia del tratamiento en forma de efectos adversos o interacciones...
Cualquier sospecha de reacción adversa originada por una planta medicinal debe comunicarse al Centro Nacional de Farmacobiología mediante la tarjeta amarilla que se puede descargar de la web de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Como recuerda la farmacéutica comunitaria Manuela Plasencia Cano en El Farmacéutico (nº 522 de 1 de junio de 2015), notificar es anónimo, no es punitivo, es una exigencia legal y una responsabilidad profesional.