El cáncer de mama representa en España cerca del 30% de todos los casos de tumores detectados en mujeres, con una media de 50,9 pacientes por cada 100.000 habitantes, afectando también a los hombres, aunque en una tasa mucho menor que ronda el 1% del total de todos los cánceres de mama.
Como en todos los tipos de cáncer, la detección precoz juega un papel fundamental en el logro de la curación, que está alcanzando cotas casi del 100% si el tumor es detectado en su etapa inicial. Además, gracias a los avances farmacológicos, se está consiguiendo que, en aquellos casos en los que no se logra la curación completa, el proceso de la enfermedad se cronifique, con altos índices de calidad de vida.
En 1998 apareció un medicamento biológico, el Trastuzumab, que desde entonces ha conseguido salvar la vida de millones de mujeres con cáncer de mama metastásico.
En la actualidad un nuevo medicamento, T-DMI está consiguiendo esperanzadores resultados en aquellos casos en los que existe una mutación genética que hace que las células cancerosas produzcan un exceso de proteína HER2, que estimula la difusión de la enfermedad a otros órganos.
Además, los avances en oncología molecular permiten detectar las alteraciones genéticas que están detrás de cada cáncer así como los mecanismos de reprodución de las células tumorales.
El resultado de todo ello son terapias cada vez más personalizadas, menos invasivas, con efectos secundarios mínimos y unos resultados de supervivencia más elevados.