La Dra. Margaret Chan, Directora General de la OMS, convocaba el pasado lunes 1 de febrero la reunión del Comité de Emergencia del Reglamento Sanitario Internacional para abordar el estudio del incremento de casos de microcefalia y otros trastornos neurológicos que se están produciendo en algunas de las zonas afectadas por el virus de Zika.
Dicho Comité ha emitido una recomendación para que se declare el estado de emergencia de salud pública de importancia internacional (ESPII).
La OMS advierte que se prevé una incidencia de entre tres y cuatro millones de casos, por lo que es necesario impulsar con rapidez y eficacia los servicios de salud de los países afectados en esta crisis, hasta ahora fundamentalmente de Centro y Sudamérica, algo que la reciente epidemia de Ébola en África demostró que es muy difícil de conseguir si no existe una clara conciencia del riesgo que supone la extensión de un problema sanitario de esta magnitud.
Aunque la presencia del virus de Zika esta ampliamente documentada en países de Africa, Asia y América, en 2014 se detectó ya un alarmante aumento de casos de microcefalia en recién nacidos en la zona de la Polinesia francesa, pero no ha sido hasta mayo de 2015 cuando han saltado todas las alarmas, al notificar Brasil su primer caso de enfermedad por el virus de Zika, que en poco tiempo se ha propagado a otros 22 países de la región, algo que ha coincidido con un gran aumento del número de recién nacidos con microcefalia así como de casos del síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca el sistema nervioso llegando a producir parálisis en algunos casos.
Aunque no se ha establecido aún una relación causal irrebatible entre el virus de Zika y estos casos, la OMS indica que existen fuertes evidencias que confirmarían esta hipótesis, por lo que a través de su Oficina Regional para las Américas viene realizando desde Mayo de 2015 un estrecho seguimiento de la situación, movilizando personal para ayudar a los ministerios de salud de los distintos países afectados con objeto de reforzar la capacidad de detección de la llegada y circulación del virus Zika mediante pruebas de laboratorio, agilizando al máximo la notificación de los nuevos casos y controlando la expansión de los mosquitos del género Aedes, responsables de la transmisión del virus.
Igualmente, los esfuerzos se están centrando en garantizar un diagnóstico clínico exacto y abordar el tratamiento de los síntomas que suelen presentar los pacientes (fiebre no muy elevada, exantema y conjuntivitis) ya que no existen de momento vacunas ni tratamientos específicos, por lo que es de gran importancia extremar las medidas de prevención mediante el uso de mosquiteras y repelentes antimosquitos.