El pasado 24 de enero, se celebró en Madrid la primera jornada que la Asociación Española de Biosimilares, BioSim, ha organizado con el objetivo de dar a conocer el grado de implantación de estos medicamentos en España.

Aunque a nivel popular es habitual tener un conocimiento más o menos aproximado de lo que es un medicamento genérico, no ocurre lo mismo cuando hablamos de medicamentos biosimilares, por lo que es importante definir conceptos y aclarar diferencias.

Un medicamento genérico es un fármaco que tiene la misma composición en principios activos a nivel cualitativo y cuantitativo que otro medicamento cuya patente ha caducado. Es decir, sus características cinéticas, dinámicas y técnicas son iguales, así como su forma farmacéutica, habiendo sido demostrada su bioequivalencia con el medicamento de referencia por estudios contrastados de biodisponibilidad.

En cambio, los medicamentos biosimilares no son idénticos al medicamento original. La diferencia fundamental con el medicamento genérico es que éste es un producto sintetizado químicamente, mientras que el medicamento biosimilar es sintetizado de forma biológica, siendo su desarrollo más costoso puesto que el proceso es mucho más complejo.

A nivel legislativo, tanto en España como en otros países de la Unión Europea, es práctica habitual e incluso obligatoria la sustitución en la prescripción y dispensación de un medicamento de marca innovador por uno genérico, mientras que no se permite hacerlo con uno biosimilar, aunque tanto genéricos como biosimilares son una alternativa eficaz y segura (avalada por la Agencia Europea del Medicamento y la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios) a la vez que un factor preferente para la planificación económica de los sistemas nacionales de salud.