La historia del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, representa en sí misma la historia del surgimiento y progreso de una nueva disciplina que algunos autores han denominado como la más decisiva de las ciencias modernas: la Bioquímica...
El origen del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II, de nuestra Facultad de Farmacia se remonta al año 1845 en pleno reinado de Isabel II, cuando el General Narváez aprobaría en su Gabinete el proyecto elaborado por Antonio Gil de Zárate y Pedro José Pidal y Carniado que, con el más conocido nombre de Plan Pidal, conllevó la implantación de los estudios de Farmacia dentro de la formación universitaria en España. En 1867, la Ley reguladora de la enseñanza, conocida como Ley Moyano sentaría las bases del ordenamiento legislativo en el sistema educativo español durante más de cien años y daría lugar al surgimiento de las Facultades de Farmacia con unos planes de estudios que serían modificados por el decreto de Eugenio Monterio Ríos de 1886, en el que se procedería a la reorganización de los estudios farmacéuticos estableciendo en 1888 un curso de doctorado en el que se incluía la asignatura de Química biológica con su análisis e Historia crítica de la farmacia y bibliografía farmacéutica, que constituye la base de la moderna Bioquímica y Biología Molecular.
Era la lógica consecuencia de un proceso en el que la Bioquímica se había ido abriendo paso como disciplina claramente diferenciada respecto a la Química y a la Biología.
En efecto, a lo largo del siglo XIX los químicos debieron distinguir entre las moléculas con existencia natural, dos grandes grupos de característitas diferentes: las moléculas inorgánicas y las orgánicas (éstas últimas, las formadas bajo la actividad de seres vivos).
Desde 1860, la química orgánica se destacará mediante un sistema teórico especial y métodos prácticos peculiares, emprendiendo un extraordinario desarrollo desde que August Kekulé siente las bases para la representación estructural de las moléculas orgánicas y Marcellin Berthelot establezca la síntesis orgánica como resultado de las fórmulas estructurales. Estos hechos abrirán la posibilidad de preparar en número creciente, moléculas carbonadas artificiales, muchas de ellas con aplicaciones industriales de diversa índole.
Sin embargo, de manera lógica, muchos químicos orgánicos se dedicarían a extraer moléculas de materia prima procedente de seres vivos, evaluando sus constantes físicas y estableciendo fórmulas empíricas y estructurales y procurando su síntesis, con el evidente interés de conocer la composición de los vegetales y animales, y aportando así valiosos conocimientos a otras disciplinas como la fisiología, la patología y la farmacología, en relación con las plantas, los animales y especialmente el hombre.
Sin duda, es en estos químicos orgánicos atentos a la composición del ser vivo, donde podemos encontrar a los precursores de los actuales bioquímicos, pudiéndose añadir que la principal fase de diferenciación entre la Química orgánica y la Bioquímica vendrá determinada por la distinta índole del trabajo de ambas disciplinas. Así, el químico orgánico se dedicará a la extracción de nuevas especies químicas de materiales biológicos, mientras que el bioquímico estudiará las transformaciones químicas que se verifican regular y naturalmente en el interior de un ser vivo, y más concretamente, de una célula, desentrañando la composición y organización química de estructuras estables propias de la célula, que explicarán por un lado cómo conducen la acción y experiencia celular, y por otro cómo son mantenidas y gobernadas por ella.
Laureano Calderón y Arana sería en 1888 el primer profesor de la nueva asignatura de Química biológica e Historia de la Farmacia (ambas materias unidas), siendo continuada su labor por el Julián Casaña y Leonardo en 1896.
Llegamos así a los albores del siglo XX y a la figura del Prof. Rodríguez Carracido, que en 1898 ganaría por oposición la Cátedra del Doctorado de “Química biológica”, y es considerado el gran impulsor de la Bioquímica española, totalmente vinculada a la Facultad de Farmacia de la Universidad Central de Madrid, de la que llegó a ser Rector, siendo sucedido por José Giral Pereira, figura controvertida por su significación política que llegaría a ser también Rector de la Universidad Central e incluso Presidente del Gobierno español, y cuya memoria se vería arrastrada por el torbellino de la Guerra Civil española.
El Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II de la Facultad de Farmacia tiene por tanto su origen en la Cátedra de Química Biológica del Doctorado, asignatura que fue común para las Facultades de Ciencias, Farmacia y Medicina.
La década de los cuarenta del siglo XX representaría una nueva era para la Bioquímica española, que pasará a incorporarse plenamente a los estudios de licenciatura en Farmacia en virtud de la ley de ordenación Universitaria de 1943, siendo catedrático Angel Santos Ruiz. El nuevo plan de estudios de Farmacia de 1944 incorporará las asignaturas de Bioquímica Estática y Bioquímica Dinámica correspondientes respectivamente a los dos últimos cursos de la carrera (5º y 6º), así como asignaturas especializadas de Bioquímica que correspondían a cursos monográficos de Doctorado.
Un nuevo plan de estudios en 1965 reducirá la duración de los estudios de Farmacia a cinco cursos, diversificándose la formación tras los tres primeros en dos opciones (A y B) que mantendrán asignaturas comunes pero también otras distintas con objeto de permitir al alumno un inicio de especialización. En cuarto curso se contempla la asignatura de Bioquímica con carácter obligatorio, así como una Bioquímica especial en la opción A, manteniéndose igualmente cursos monográficos de Doctorado.
En 1977 un nuevo plan de estudios representará la consolidación y ampliación de la presencia de la Bioquímica dentro de los estudios de Farmacia, a través de asignaturas como Bioquímica General, Bioquímica Especial y Bioquímica Aplicada y Clínica, pasando el Departamento de Bioquímica a denominarse Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, y ampliándose el abanico de especialidades bioquímicas dentro de una gama que abarca desde Bioquímica clínica a Oncogenes y malignización celular, pasando por Regulación Metabólica, Neuroquímica y Bioquímica Toxicológica.
La entrada de España en la Unión Europea en 1993 obligará a una adaptación de las carreras universitarias que conllevará por primera vez en la licenciatura, la modalidad de créditos usual en las universidades europeas, ampliándose considerablemente la presencia de asignaturas de Bioquímica en los estudios de Farmacia, siendo la antesala del Espacio Europeo de Educación Superior que empezaría a configurarse seis años despúes con la Declaración de Bolonia, cuyo objetivo será la consecución de un proceso de convergencia que facilitara el intercambio de titulados en la Unión Europea mediante la adaptación del contenido de los estudios universitarios a las demandas sociales.
En este proceso participa actualmente España como miembro de la Unión Europea, aunque también lo hacen otros Estados no miembros como Rusia, Turquía o Ciudad del Vaticano, y ha tenido su primera implantación práctica en nuestra Facultad el curso 2010-1011, con el inicio del primer curso del Grado en Farmacia, en el que lógicamente se imparte la asignatura de Bioquímica I, cuyo objetivo es proporcionar al alumno de primer curso una panorámica actualizada de los fundamentos generales de la Bioquímica, así como los conocimientos básicos sobre las caracterísitcas fundamentales de la materia viva desde un punto de vista molecular.
En la actualidad, siendo su directora Pilar Iniesta Serrano, el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II de la Facultad de Farmacia, imparte asignaturas pertenecientes a la Licenciatura de Farmacia, Licenciatura de Bioquímica y Grado en Farmacia, así como tres Master de Postgrado en Bioquímica, Biología Molecular y Biomedicina, Análisis Sanitarios y Ciencias Farmacéuticas, dirigiendo su actividad investigadora hacia campos como el de la Bilogía Molecular del Cáncer, el Metabolismo y la Endocrinología perinatal, la Neurobiología Molecular, la Diabetes, o los mecanismos moleculares y celulares de la fisiopatología hepática.