La biotecnología marina o biotecnología azul, estudia las propiedades de determinados organismos marinos con objeto de extraer de ellos compuestos y sustancias que puedan ser susceptibles de su posterior utilización farmacológica...

El mar constituye el Bioma más grande de nuestro planeta, puesto que abarca el 70% de su superficie, y representa una fuente de enorme potencial con vistas a la consecución de medicamentos para el tratamiento de enfermedades como el cáncer o el alzheimer, así como productos para su utilización en agricultura e industria.

En efecto, el hábitat marino ha sido el escenario del inicio y desarrollo de la vida a lo largo de más de tres mil millones de años de evolución, que han proporcionado a los organismos marinos mecanismos de defensa y ataque que les permitieran sobrevivir en un entorno hostil, así como medios de comunicación que posibilitaran su desarrollo como especie en un medio de alto nivel competitivo.

Estos mecanismos de defensa y comunicación consisten básicamente en sustancias citotóxicas, al carecer dichos organismos, sobretodo invertebrados, de sistema inmunitario.

La producción de estas sustancias se hace a una escala muy pequeña, por lo que para su aprovechamiento práctico los investigadores recurren a su obtención mediante síntesis química, lo cual permite en muchas ocasiones mejorar las propiedades del compuesto original, y encontrar aplicaciones potenciales para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas y diagnósticas.

Investigaciones del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, constatan que tan sólo un 0,01% de las muestras de origen terrestre sometidas a ensayos de laboratorio reflejan algún potencial antitumoral frente al 1% de las de origen marino.

En 2005, investigadores del Departamento de Química Orgánica y Farmacéutica y de la Sección Departamental de Química Analítica de la Facultad de Farmacia de la UCM, crearon el Grupo Heterociclos de Interés Biológico.

Su investigacón más reciente se ha centrado precisamente en la búsqueda de nuevos antitumorales inspirados en productos naturales de origen marino, ante la evidencia de que la resistencia antitumoral es uno de los problemas más serios para la quimioterapia. 

José Carlos Menéndez y María Antonia Martín, responsables de este proyecto, señalan que la obtención de fármacos requiere además, mejorar los procesos de síntesis y análisis por lo que, en su investigación, tratan de desarrollar nuevos métodos de bajo impacto ambiental con la mínima producción de residuos, y en este sentido también trabajan en marcadores fluorescentes para la visualización de fenómenos biológicos sin necesidad de emplear compuestos radiactivos.

Actualmente el Grupo Heterociclos de Interés Biológico, colabora con investigadores internacionales en distintos proyectos. Así, en cooperación con la Universidad de Bolonia, estudian enfermedades priónicas como la encefalopatía espongiforme (el conocido "mal de las vacas locas") y, junto a un grupo de investigadores de India, afrontan la búsqueda de agentes contra la tuberculosis.

Entre sus proyectos más inmediatos también preven abordar una nueva investigación que se centrará en los compuestos antimaláricos.