Si algo caracteriza al último mes del año es, sin duda, su ambiente alegre y festivo propiciado por la celebración de la Navidad, una fiesta que trasciende su sentido religioso e impregna nuestra sociedad con multitud de símbolos, entre los que no podían faltar ciertas variedades botánicas que a lo largo de estas semanas adornarán nuestro blog...

La Poinsetia es, muy posiblemente, una de las plantas que más fácilmente identificamos con la Navidad, y también de las que más nombres populares recibe según los lugares donde se cultiva: Flor de Pascua, Pascuero, Nochebuena, Catalina, Estrella de Navidad... aunque su nombre más poético es Cuetlaxochitl, no tanto por su pronunciación cuanto por su significado para los aztecas: la flor que se marchita y muere como todo lo que es puro. 

Para los botánicos se trata "simplemente" de la Euphorbia pulcherrima o Poinsettia pulcherrima, de la familia de las Euforbiáceas que comprende entre cinco mil y siete mil especies y unos trescientos treinta y un géneros.

La Poinsetia es un arbusto originario de México que puede llegar a alcanzar los tres metros de altura y cuya mayor seña de identidad es el color rojo (raramente amarillo) pero no de sus hojas, sino de sus brácteas, que son el órgano foliáceo que se sitúa en la proximidad entre las hojas normales y las hojas florales.

En la actualidad es la base de una importante industria de temporada, al venderse por Navidad como planta de interior, pequeños ejemplares ya en flor, obtenidos al someter a los esquejes una vez enraizados a un tratamiento basado en cortos periodos de luz y la utilización de retardadores del crecimiento.

Antes de esta producción masiva en invernaderos, era cultivada básicamente en los países tropicales donde se utilizaba para la producción de un colorante extraído de las brácteas rojas y como depilatorio a partir de su jugo lechoso, así como para consumo como verdura de sus brotes tiernos y hojas, a pesar de que se trata de una planta ligeramente tóxica, por lo que en la actualidad se desaconseja su uso para estos fines y se advierte especialmente del peligro de su manipulación por los niños, tanto porque el contacto con su savia puede provocar irritación de la piel y ampollas como porque la ingestión de grandes cantidades de brácteas puede inducir vómitos y diarreas, e incluso en casos extremos la muerte.

No obstante hay que aclarar que no se trata de una planta de excesiva toxicidad para el ser humano, sino que más bien deberíamos considerarla como una planta no comestible. Para que nos hagamos una idea, sería necesario que un niño ingiriera más de 500 brácteas de color rojo para producirle la muerte.

Teniendo en cuenta por tanto unas mínimas medidas de vigilancia, la Poinsetia es sin duda una agradable compañía en nuestros hogares durante estas fechas, cuyo encanto como planta decorativa es indudable gracias a su mezcla de colores tan navideños como el verde y el rojo, lo cual la ha hecho muy popular en España, aunque sin llegar a los niveles de países como Estados Unidos, donde cada 12 de diciembre es conocido como el Día Nacional de la Poinsetia.