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Feliz Navidad

Biblioteca de la Facultad de Farmacia. UCM 14 de Diciembre de 2012 a las 14:12 h

El personal de la Biblioteca les desea Feliz Navidad

La materia orgánica de los suelos se forma a partir de restos y productos de origen vegetal y animal, aunque el porcentaje de los primeros es claramente superior, debido a la activa descomposición que experimentan los restos animales por acción de la microflora y la microfauna.

Los restos de origen vegetal provienen tanto de las partes aéreas de las plantas como de las raíces y en general es posible identificar los cambios morfológicos que se producen en el proceso de alteración de la materia vegetal que en algunos casos es invadida por bacterias o recubierta por el crecimiento de micelio de hongos y actinomicetos y también desmenuzada e invadida por artrópodos como indica la presencia de sus gránulos fecales.

Todos estos restos vegetales en su proceso de descomposición van siendo transformados en humus, una sustancia amorfa translúcida o transparente de color oscuro.

Esta materia orgánica puede dividirse en dos tipos principales, en función de la identificación de los residuos. El residuo fino estaría formado por células individuales o fragmentos de la pared celular de las hifas de hongos, mientras que el residuo basto se caracteriza por fragmentos que contienen gran número de células y dos o más tipos de tejidos diferentes, pudiéndose asignar a un órgano particular de la planta, en función del cual podríamos hablar de residuos bastos de tejidos leñosos, herbáceos o musgosos.

Una clasificación general de los materiales orgánicos del suelo recorrería los distintos grados de descomposición de la materia vegetal, y en este sentido podríamos hablar entre otros, del tipo viviente, que alude a partes de plantas aún vivas en el momento de tomar la muestra, el residuo fresco que incluye material vegetal ligeramente descompuesto y que estaba muerto al hacer el muestreo, el amorfo, con restos reconocidos sólo en función de su asociación con otros materiales vegetales y, finalmente el carbón.

El carbón se caracterizaría por su opacidad y sólo podría reconocerse la estructura celular del material vegetal original si las partículas son suficientemente grandes. La turba sería el tipo de carbón mineral menos evolucionado, en el que la materia vegetal muestra poca alteración. La clasificación de la materia orgánica en turba se realiza también en base al grado de descomposición que puede medirse tanto en el campo por medio de la escala de Von Post, como en el laboratorio mediante la determinación del contenido de fibra o de material extraíble con pirofosfato.

En el extremo opuesto a la turba se situaría la antracita, el carbón mineral con una mayor evolución, en función de la profundidad y condiciones de presión así como la temperatura y el entorno en el que la materia vegetal ha ido evolucionando hasta formar el carbón vegetal.

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