Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
EL HOMBRE ACECHA (1938)
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No queremos finalizar el año sin dedicar nuestro recuerdo a Miguel Hernández en el centenario de su nacimiento.
Hemos preparado una muestra que contiene la selección de algunas de las ediciones de su obra que se encuentran depositadas en la Biblioteca de Filología, así como estudios, ensayos, tesis, homenajes, actas de congresos, artículos y audiovisuales sobre el autor.
Del 22 de diciembre hasta el 21 de enero esta selección permanecerá en la Sala General del Edifiicio A de la Biblioteca de Filología como homenaje a uno de los más grandes creadores de la poesía del siglo XX.