Los romanos fueron pioneros en la nanotecnología, una de las pruebas es La Copa de Licurgo, s. IV, conservada en el Museo Británico (Londres). Tiene la particularidad de cambiar de color según la posición en la que se coloca el observador.
El color rojo de la copa es debido a la luz reflejada y el verde a la luz transmitida. Estos cambios de color son debidos a las nanopartículas de oro y plata que están embebidas en el vidrio. Además, estas partículas hacen que el color de la copa varíe en función del líquido que contenga.
Esta antigüedad ha inspirado a investigadores de la Universidad de Adelaide a explorar nuevas vías de aplicación de estas nanopartículas. Según explica Heike Ebedorff-Heidepriem, uno de los científicos involucrado en el proyecto, “las nanopartículas y los nanocristales son el centro de investigaciones en todo el mundo debido a sus propiedades únicas que tienen el potencial de aportar grandes avances en una amplia gama de campos: medicina, óptica y electrónica.”
Los objetivos del proyecto son: encontrar la mejor manera de realizar las incrustaciones en el vidrio, estudiar la solubilidad de diferentes tipos de nanopartículas en este material, qué cambios se producen con la temperatura y el tipo de vidrio y cómo controlar y modificar las nanopartículas.
Fuente: ScienceAlert