El Comité Profesional de la IFLA ratificó en junio la segunda edición de las Directrices de la IFLA para bibliotecas escolares en la que han trabajado durante los últimos años especialmente desde el Comité Permanente de la Sección de Bibliotecas Escolares y la Asociación Internacional de Biblioteconomía Escolar. El resultado está accesible desde la página web de la institución.
Son un compromiso entre lo que se aspira a alcanzar (Manifiesto IFLA/UNESCO sobre la Biblioteca Escolar, Declaración de la ONU de Derechos Humanos, Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas) y lo que se puede conseguir de manera razonable y han sido desarrolladas para ayudar a los profesionales de las bibliotecas escolares y los que toman las decisiones en el mundo de la educación a asegurar que los profesores y alumnos dispongan de acceso a los recursos y programas de la biblioteca escolar proporcionados por profesionales cualificados.
Establecen 16 recomendaciones, incluyen en su parte final el Manifiesto IFLA/UNESCO sobre la Biblioteca Escolar, un glosario y cuestionarios dirigidos a ayudar a administradores escolares y a evaluar bibliotecas individuales.
Los 6 capítulos principales, cada uno con su bibliografía específica y con ejemplos, recogen:
- Misión y propósito de la biblioteca escolar
- Marco legal y financiero: incluye también cuestiones éticas, políticas y de planificación.
- Recursos humanos: con el mismo nivel educativo y de preparación que los profesores, el bibliotecario escolar puede tener varias denominaciones. Se especifican sus competencias (enseñanza y aprendizaje, gestión del programa, desarrollo de la colección, gestión de la información -alfabetización informacional, alfabetizaciones digitales-, compromiso con la lectura, conocimiento de la literatura infantil y juvenil, conocimiento de discapacidades que afectan a la lectura, destrezas comunicativas y de colaboración, habilidades digitales y mediáticas, responsabilidad ética y social, servicio público, compromiso con el desarrollo profesional continuo para el aprendizaje a lo largo de la vida, implicación con el campo de la biblioteconomía escolar, su historia y sus valores, p. 26), sus roles (instrucción, gestión, colaboración y liderazgo, implicación con la comunidad, promocionador), y la necesidad de seguir unas normas éticas exigentes.
- Recursos físicos y digitales: espacios, colección, compartir recursos.
- Programas y actividades: promoción de la alfabetización y de la lectura, MIL (Alfabetización informacional y mediática: mencionan las variantes que engloba, desde ALFIN a alfabetización transmedia), aprendizaje basado en la investigación (resolución de problemas, pensamiento crítico), integración tecnológica, desarrollo profesional para profesores y apreciación de la cultura y de la literatura.
- Evaluación y relaciones públicas: además de medir el impacto del programa, la percepción de los implicados, fomentar la práctica basada en la evidencia y la calidad y la mejora de los programas, considera el marketing y la no fácilmente traducible advocacy.