La tercera sesión a la que acudí, tras la de apertura y un IFLA Market sobre publicación científica fue la organizada por la Sección de Edificios y Equipamientos bibliotecarios (sesión 75: Century Modern: Visionary Library Design), en la que confluyeron ideas y experiencias diferentes recorridas por un mismo espíritu.

Desde EE.UU. una arquitecta, Traci Engels (ver paper), nos habla de cuáles son las características principales que deben reunir hoy las bibliotecas tras un esbozo de lo que ha sido la evolución de la idea para la que se construyen las bibliotecas. En las del siglo XXI hay cuestiones que antes no se contemplaban: comida, bebida, conexiones...

En cuanto al diseño hay que tener en cuenta factores fundamentales como la adaptabilidad, la transferencia, la función de nexo, centrada en el usuaria, concepción de centro de actividad (hub) cultural.

• Adaptabilidad: Como dijera Heráclito nada permanece. Por ejemplo, ahora es importante trabajar juntos... Muestra fotos de la Madison Central Library antes y después de la renovación de 2013.
• Transparencia: se pasa de la biblioteca "cemento" al uso de nuevos materiales, sostenibles, cristal...
• Nexus: no compartimentada ni complicada, más accesible...
• Centrada en el usuario: funcional, espacio físico adecuado, espacio como en los congresos, donde se pueda disfrutar.
• Cultural hub: a la memoria se unen las conexiones, la comunidad, los talleres...

Judy C. Henning (ver paper) parte de la biblioteca de la universidad de Sudáfrica y los espacios de bibliotecas del futuro para plantear el proyecto de biblioteca UNISA. Es una universidad abierta con 400.000 alumnos, 10 sedes en Sudáfrica y una en Etiopía, 2 bibliotecas móviles para rural, servicios postales, dispositivos móviles.

Menciona los requerimientos para el cambio (colecciones y usuarios, bibliotecas sucursales y móviles, tecnologías, apoyo a la enseñanza, el aprendizaje y la investigación) y destaca que los espacios para bibliotecas del futuro deben considerar las necesidades y actividades de los usuarios, los espacios de enseñanza y entornos adecuados  para el personal, con flexibilidad, áreas de tranquilidad y trabajo, áreas interactivas y de exposiciones, considerando a los usuarios con especiales necesidades.

La tercera intervención venía de Finlandia (ver paper) y pretendía mostrarnos cómo pueden diseñar juntos el personal, los usuarios y los no usuarios. Utiliza varios casos sencillos que han grabado en vídeos.
Muestran centro cultural innovador, con actuaciones, talleres, pintura, comida y bebida. Un espacio abierto en el que el personal se centra en otras tareas incrementando la satisfacción de los usuarios. Otro en el que el usuario puede entrar en la biblioteca con una clave cuando está cerrada y realizar un autopréstamo y donde se dan diferentes servicios en diferentes momentos (horarios). Otros donde experimentan con música (y con cine).
Lo fundamental es buscar la implicación de todos. Y hacer pruebas sobre lo que funciona o no. Play music y co-design.

Ari Katz de Thailandia (ver paper en castellano) cambió el enfoque y se dedicó a repensar el espacio bibliotecario en países en desarrollo, donde los recursos son más escasos. Nos mostró fotos de diferentes bibliotecas, desde las más atractivas a las que son un barracón (Bangladesh).

Defiende que incluso sin presupuesto se puede crear un espacio de biblioteca moderna, con algunas directrices para recordar: hacerla amigable, construida en torno al aprendizaje, fácil, adaptable, simple, breve, capaz: no son lo mismo las bibliotecas de estos países que la de Madison pero los principios se comparten. Sobre todo debe ser un lugar donde desees estar.

Nos enseña ejemplos que demuestran que no es tan difícil (con materiales reciclados, pintura a mano)

• Hazlo amigable: sin áreas cerradas, con colores, con espacios para compartir, teniendo en cuenta a los niños, confortable,
• Sobre el aprendizaje: espacio para grupos, para pintar, descubrir, objetos para escribir, pintar, entorno rico en impresos (print-rich environment).
• Fácil: distribución de la colección, zona para chicos, señales, tecnología humana, estanterías para niños, tecnologías integradas, estanterías abiertas, compartir.
• Adaptable: cajas, cestas, cubos, movible, iluminada...

La clave es ver cómo responder a estos 4 requerimientos.

Desde Singapur nos dicen (ver paper: tiene muchas imágenes), al estilo de Ranganathan, que cada usuario debe tener su biblioteca y cada biblioteca su(s) usuario(s). Parten de la red de 26 bibliotecas públicas que quieren readaptar (lo han hecho ya con dos) partiendo de varias claves de diseño: espacios de aprendizaje diferenciados (dependiendo de los usuarios, inspirando la lectura y facilitando el aprendizaje, la colaboración y la creación), promoción atractiva de contenido (pantallas y espacios que integren colecciones físicas y digitales para una experiencia más inmersiva), mejor accesibilidad y navegación.
En su fase de análisis han examinando el entorno, recopilando data analytics, realizando entrevistas y observaciones sobre el terreno.

Han pasado de multitudes en espacios no diferenciados a establecer zonas que diferencian, contemplando desde áreas con alta tolerancia al ruido hasta espacios tranquilos, para leer y para trabajar, para compartir.

Es fundamental poder "navegar" la biblioteca de un vistazo: visión clara nada más entrar y con señales que indiquen las secciones. Contar con área para niños, con diferentes niveles dependiendo de la edad; incluyendo menores de 3 años y espacio para cuidadores. Flexible y adaptable a diferentes actividades.

Hay que promocionar nuestros recursos, trasladar las intuiciones a espacios, conseguir acceso al contenido digital de manera transparente.

Muestra diferentes tipos de espacio. Espera que la modernización de las bibliotecas mejore los espacios y características de la biblioteca y proporcione una tecnología más inteligente que incremente el bienestar, la accesibilidad y la personalización para los usuarios.