El jueves día 10 tuvo lugar en la sede del Instituto Cervantes de Madrid la II Jornada Profesional de su Red de Bibliotecas con el profesional de la información como eje central.
La jornada se desarrolló a través de 3 paneles, tras una conferencia inaugural de la recién elegida presidenta de la ALA, Camila Alire, que resumimos en este post.
Camila Alire es especialista en liderazgo y gestión, en marketing bibliotecario y en servicios bibliotecarios para poblaciones multiculturales.
Su exposición se centró en 4 puntos: las bibliotecas estadounidenses en la actualidad, los perfiles de los bibliotecarios, las percepciones sobre los bibliotecarios en Estados Unidos y las oportunidades profesionales.
1. En EE.UU. es importante la misión de la biblioteca, de servicio a su comunidad y a sus clientes (más que usuarios, resaltando el carácter profesional). Las TIC han hecho más complejo su trabajo a la par que ha permitido servicios antes imposibles, como el de 24/7 (24 horas al día, 7 días a la semana).
Considera importante medir los resultados y necesarias las estrategias de marketing. La cooperación, la colaboración y las alianzas son claves para el éxito de la biblioteca en EE.UU.
2. El bibliotecario debe conocer el comportamiento y las necesidades de los usuarios y ser capaz de conectar con ellos just in time (principio económico).
El libro electrónico está superando al de papel lo que supone ser capaces de acceder electrónicamente y que el bibliotecario sepa interpretar esta nueva idea, ya que cuando se aprende una nueva TIC ésta cambia cuando empezamos a aplicarla con los usuarios. Por eso es fundamental estar al día con la tecnología, tanto para acceso a la formación como para dar servicios a los usuarios. Por ejemplo, SMS o Twitter en referencia.
La capacidad de comunicación es otra cuestión básica, contemplando no sólo la oral sino también la escrita para la comunicación en línea.
Ahora tenemos mucha competitividad con los servicios de información por lo que tenemos que orientarnos a servicios al clientes que le permitan sacar provecho de los miles de resultados que proporciona Google.
Algo esencial es que hay que ser creativos, inventar cosas: Preguntarnos constantemente ¿Qué pasaría si...?
También hay que maximizar el tiempo, optimizando la eficacia en el trabajo con el usuario.
No menos importante es entender y practicar la diversidad dando servicio a las comunidades menos atendidas por la sociedad para lo que hay que ser competente desde el punto de vista cultural, sensibles al hecho de que hay personas diferentes a ti.
Hay que ser especialista y además comprender otras cuestiones. Por ejemplo, en derechos de autor y propiedad intelectual, en cuestiones de licencias y de digitalización. Conocer qué hacen los usuarios cuando publican e investigan, creando repositorios institucionales, también de materiales didácticos.
Conocer la estructura de la comunidad académica en cada una de las disciplinas es básico para seguir participando en el proceso de la comunicación científica; al igual que conocer la evolución de la literatura de investigación en su disciplina.
Además hay que ser consultores que ofrecen servicios de consulta al tiempo que profesores eficaces en un entorno en que la integración de la ALFIN es esencial para la capacidad de aprendizaje de los estudiantes. Por eso hay que modernizar y diseñar programas eficaces de alfabetización informacional.
3. En cuanto a la percepción sobre los bibliotecarios normalmente son muy bien valorados; aunque varía dependiendo de si utilizan la biblioteca o no. Los que no la usan la ven con estereotipos y sin reconocimiento; los que la usan, como algo positivo y con experiencia y profesionalidad. El reto es conseguir el apoyo público.
4. Refiriéndose a las oportunidades profesionales, ve esencial la educación en Documentación, unida a la educación continua (diferenciada del desarrollo profesional: la asistencia a esta jornada sería esto último) proporcionada después de esa educación reglada.
El desarrollo profesional, no obstante, también es importante. En EE.UU. todos los estados tienen asociaciones estatales de bibliotecarios que son uno de los elementos para dicho desarrollo.
La formación que se proporciona debe ser más compleja e involucrar en el trabajo asociativo.
Hay que proporcionar apoyo a los bibliotecarios jóvenes, que ya comienzan a ser nativos digitales y trabajar en el servicio profesional (participar en grupos de trabajo, comités, redes...)