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El libro electrónico: presente y futuro, en la Semana Complutense de las Letras

RUTH LÓPEZ ZAZO 9 de Mayo de 2011 a las 13:05 h

El pasado jueves 5 de mayo tuvo lugar una interesante mesa redonda sobre el presente y futuro del libro electrónico, en el marco de la I Semana Complutense de las Letras.
Moderada por Mercedes López Suárez, profesora de la Universidad Complutense, intervinieron en ella Luis Collado (Google España), José Antonio Magán Wals (Director de la Biblioteca de la UCM) y el editor Santos Rodríguez (Ediciones Nowtilus).

Mercedes López comenzó recordando un breve cuento de Asimov, El cuento del día, en el que unos niños encuentran un objeto muy antiguo en el desván: un libro en papel.
Dio pie así a un debate en el que se planteaba si el libro electrónico acabaría sustituyendo al libro en papel en esta etapa de convulsión actual que está cambiando el circuito de la comunicación cultural, que está trayendo cambios en los roles de los distintos agentes que participan en él, e incluso cuestionándose el papel del editor o del lector.

 

 

Santos Rodríguez continuó hablando sobre su experiencia como editor de ebooks, ya que su editorial, nacida en 2002, tomó este formato en consideración desde el principio. Destacó que esto les facilita su tarea, debido a que la edición electrónica estaba contemplada en sus contratos con los escritores desde un principio, aspecto este de los más complicados de gestionar en la actualidad. También habló sobre su acuerdo con una empresa americana que vende libros a bibliotecas, acuerdo que está reportando beneficios actualmente que repercuten en los escritores. Al hilo de esto, hizo notar la fiebre por los contenidos electrónicos que se da en el mercado anglosajón. Por último, mencionó el Libro blanco del CDROM (que se hizo público en la Feria de Frankfurt de 1988), comentando que no demos tomar esto como una cuestión de soportes, aparatos o dispositivos, ya que el único debate posible es qué quiere el lector leer, y cómo va a encontrar más cómoda su compra de contenidos online: quizá se impone la comodidad frente al romanticismo del libro en papel.

 

En segundo lugar, Luis Collado reflexionó sobre porqué se lleva varios años hablando sobre el negocio del libro electrónico, y los beneficios económicos siguen siendo pequeños. Repartiendo la responsabilidad entre los distintos actores, habló sobre el autor (no se adaptan a las condiciones de la realidad del libro electrónico, y ponen limitaciones en la negociación con el editor), la administración (el 18% de IVA del libro-e frente al 4% del libro en papel no fomenta el uso de este formato), el editor (no acaban de lanzarse), y las propias empresas de tecnología (son las que han impulsado hasta ahora este tema, pero si no hay oferta de contenidos, la gente se irá a las web que ofertan contenidos pirata), sin olvidar las primeras experiencias de compra que se le han ofrecido a los usuarios: en España es difícil comprar un libro-e, porque el proceso de compra es muy complicado. Como consecuencia, si todo esto no se simplifica, el libro-e no despegará nunca en España, frente a otros países como EEUU donde sí está despegando. Por último, plantea que no debe ser una guerra de fomatos, sino que el papel y el libro-e pueden convivir.

Al hilo de esta última idea, Mercedes López apuntó que el libro manuscrito convivió durante siglos con el libro impreso, cada uno con su circuito de circulación, que es algo que ya hemos visto, y quizá ahora el mercado tecnológico es el que promulga que se quiera imponer un formato sobre otro.

 

En tercer lugar intervino Jose Antonio Magán, director de la Biblioteca Complutense, que aportó un punto de vista bibliotecario sobre este tema. Nunca ha tenido tan buena salud el mercado del libro como ahora, nunca ha habido tantas cabeceras de prensa sobre el libro en España. Además, apuntó a que el número de préstamos de libros en papel no ha descendido, a pesar de la amplia oferta de contenidos electrónicos que se ofertan a los usuarios, es decir, están conviviendo sin problemas ambos formatos, aunque en el caso de las revistas electrónicas, estas sí han barrido al formato papel. Este será el primer año en el que en la biblioteca se compren más libros electrónicos que libros en papel.
Así, el papel de la biblioteca como garante del acceso a la información es fundamental, ya que debe seguir actuando como el elemento que simplifica el acceso a todos esos contenidos, sin que el usuario tenga problemas a la hora de descargarlos o visualizarlos.
Además, apuntó que los usuarios que vendrán dentro de cinco años estarán muy acostumbrados a los formatos electrónicos, y los modelos de préstamos de ebooks que asimilan el préstamo de ambos formatos al préstamo físico tradicional solo ocasionarán piratería.
Por último, destacó que la figura del librero es fundamental en las labores de selección de obras para su adquisición, se necesitan buenos libreros y se seguirán necesitando en el futuro, así como se necesitará una legislación que proteja los derechos de los autores y de los editores, pero también de los ciudadanos. El papel de la biblioteca seguirá siendo importante, como garante de la preservación de esos contenidos, y del acceso del ciudadano protegiendo su intimidad. Esto solo podrá garantizarlo una institución pública.

 

Mercedes López cerró la mesa redonda tras las preguntas de algunos asistentes. Nos quedamos con la mención del libro transmedia como germen de las nuevas formas de escritura que traerá este formato.

 

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