Esta mañana he acudido a parte de la sesión organizada por Open Access Task-Force, ya que después teníamos la segunda reunión del Comité Permanente de la Sección seguida de la tradicional comida que realizamos los miembros de dicho Comité (hoy 14 personas, de 11 países diferentes). Una vez más se ha dado la concurrencia de sesiones de interés, como las dedicadas a data curation (parece que los profesionales no bibliotecarios no consideran muy adecuada la elección del término), la sesión de la presidenta electa (importante porque recopila ideas para sus propuestas del año siguiente) y la que finalmente elegí.
Presenta la sesión el presidente de la Task Force y de SPARC Europe que considera relevante el papel de las bibliotecas en el Open Access. Relevancia que debe continuar ante los cambios que se dan y que se darán. Menciona a todos los miembros del grupo y presenta al primer ponente, que no es otra que la anterior presidenta de la IFLA, Ellen Tise.
1. Ellen Tise
Ellen Tise habla de cómo comenzó su contacto con el Open Access y los muchos encuentros que ha tenido con el, de tal forma que se convirtió en el lema de su presidencia: open access to knowledge. No es una cuestión que sean el trending topics ahora mismo pero está detrás del empowerment (les gusta mucho a todos usar esta palabra) de muchas cosas, e implicado en el futuro de la Biblioteconomía.
Resalta los efectos económicos que tiene, sobre todo en los países en desarrollo. Y también los que le sitúan como elemento eliminador de cualquier brecha digital.
Menciona diferentes crisis y el cambio constante, resalta que las bibliotecas han sido clave para el establecimiento de los repositorios institucionales, para impulsar su creación y darlos a conocer, para su diseño e implementación. Hoy en día, uno de los aspectos más importantes que hay que considerar son los legales y las implicaciones que tendrá que cada vez haya más recursos en abierto accesibles a más personas, que sucedería cuando todo estuviera en libre acceso. Y también hay que considera el cambio, que está modificando incluso la cultura.
2. Situación del Open Access (OA) en agosto de 2012.
Sólo hemos podido acudir a una intervención más, tras la que había un receso de 10 minutos, demasiado cercano a la cita del Comité por lo que hemos aprovechado para revisitar la zona de póster hoy prácticamente desierta.
En dicha intervención, Lars Bjornschange, el presidente de la Task Force ha buscado mostrarnos un balance de la situación del Open Access en agosto de 2012, sin pretender profundizar.
Así ha comenzado diciendo cuáles son los límites, del Open Access, no incluyendo ni recursos educativos (OER: Open Educational Resosources) ni datos de investigación (datasets). Sí lo hace por el contrario con los repositorios, las revistas y las monografías. Recorre un camino bien conocido por los relacionados con el OA; pero que no obstante vamos a resumir.
2.1 Repositorios
Constituye la que se conoce como vía verde.
La primera fuente es OpenDOAR, que recopila metadatos y permite la categorización y el análisis.
La mayor parte de los repositorios son institucionales (1811, el 83%), le siguen los temáticos (11%), los agregados (4%) y los gubernamentales (2%) para un total de 2193.
Nos muestra también la distribución por países y la evolución numérica de los mismos (no de los documentos incluidos en ellos) que es claramente de crecimiento.
En cuanto a los contenidos, el 67% es de artículos de revistas, el 53% recoge tesis y disertaciones, el 36% informes no publicados y working papers, el 35% libros, capítulos y secciones, el 34% conferencias y documentos de talleres, el 23% materiales multimedia, el 18% referencias bibliográficas, el 15% objetos de aprendizaje, el 3% datasets y el 1% software (hay un apartado dedicado a otros que supone el 15%). Claramente se aprecia cómo un mismo respositorio puede contener muchos tipos diferentes de contenidos (por eso la suma es muy superior al 100%).
El número de artículos recogido supone una cifra de 6 dígitos y el 20% de la producción anual de artículos.
Los retos a los que deben enfrentarse los repositorios son la interoperabilidad y conseguir hacerlos populares.
En cuanto a las políticas de depósito señala a Sherpa/Romeo y la posibilidad de hacer compatibles la publicación, el depósito y el autoarchivo, siendo aceptada por el 80% de los editores.
2.2 Revistas
La referencia en este caso es DOAJ, que puede ser recopilada por bibliotecas o agregadotes. Recoge más de 8000 revistas con unos 900.000 artículos de 119 países en 50 lenguas. Y hay que considerar que no refleja el número real de revistas sino sólo las evaluadas por el equipo de DOAJ.
Las revistas en abierto están aumentando en Europa y en África y disminuyen un poco en el resto de áreas. Donde son más numerosas es en Europa y Norteamérica.
Se da en este caso la situación que reconocen con el acrónimo APC (Article Processing Charges) y que significa que hay que pagar para publicar en estas revistas. Los datos globales es que hay que hacerlo en el 29% (2040). Curiosamente (proporciona un reparto por zonas geográficas) donde más se da el pago es en África (60%), en Norteamérica (44%) y en Oceanía (36%). Por el contrario, donde menos en América del Sur (7%), claro que también es donde encontramos menos revistas (83, por 80 de Oceanía y 794 de Estados Unidos).
Nos da información, aunque parcial por problemas de lectura automática, sobre las licencias a las que se sujetan: se puede afirmar que el 24% tiene algún tipo de licencia CC.
La conocida como vía dorada se ha incrementado notablemente, consiguiendo tanta diversidad como la que tienen las revistas suscritas y un mejor reparto geográfico, al menos considerando las revistas tenidas en cuenta por el ISI.
Los retos son las lagunas de agregación, la insuficiente política de derechos y la insuficiente calidad técnica y funcional.
2.3 Monografías
Están recién llegadas a este ámbito con DOAB, creada por la OAPEN Foundation en abril de este año. Recoge monografías que han pasado un proceso de revisión por pares. Actualmente hay 1140 monografías de 30 editores.
2.4 Mandatos
La principal fuente para considerar los diferentes mandatos es ROARMAP (Registry of Open Access repositories Mandatory Archiving Polices), alojado por la Universidad de Southampton, creadora de E-prints.
Entre los mandatos se diferencian los blandos (recomendaciones) y los duros (requerimientos: obligaciones). Hay 176 mandatos institucionales y 53 funder. Además hay algunos gubernamentales (Argentina, Dinamarca, Reino Unido) y de organizaciones supranacionales (European Research Council, European University Association, European Comission).
En los diferentes mandatos se recomienda o requiere depositar, depositar la versión completa, cuándo archivar, si se archivan los datos o publica en revistas en acceso abierto
2.5 Infraestructuras
OA requiere de una infraestructura propia que permita gestionarla, mostrarla, deiseminarla e integrarla en los agregadotes de servicios comerciales.
Se han mencionado algunas como OpenDOAR, DOAJ. Hay que añadir otras como OpenAIRE u OpenAccessKey.
Entre los retos, las lagunas en las normas, los problemas de interoperabilidad o de cosecha de datos ajenos (harvesting).
Menciona diferentes iniciativas relacionadas con aspectos del OA EIFL, COAR, OASPA, SPARC, Knowledge Exchange.
2.6 Otras iniciativas, impacto de las publicaciones, financiación
Trata después otros aspectos como los que se proponen como iniciativas prometedoras y pueden ser sólo un juego: las megarrevistas (como PLOS One), eLife, PeerJ, SCOAP3...
Uno muy importante es el de la medición del impacto de las publicaciones, considerando que uno de los mayores obstáculos, si no el más grande, para el OA es el mal uso y entendimiento del Factor de Impacto. Considera que es esencial, además de buscar métricas alternativas y/o adicionales, hacer presión (lobby) para conseguir métricas responsables.
No olvida mencionar algunas posibles fuentes de fondos, como el Open Access Directory-Open Access Funds.
2.7 Consideraciones finales
Recuerda que aunque OA se inventó en el Norte, de hecho había similares iniciativas anteriores, por ejemplo en Iberoamérica, con SciELO.
Advierte del peligro de reproducir en todo lo publicado en abierto los mismos problemas que se dan con las suscripciones: excluir los investigadores del Sur, cómo se va a pagar por publicar en abierto si no puede pagar la suscripción...
OA tiene la promesa de cambiar las cosas.
Después de mucho camino recorrido, el OA ha llegado a ser algo fundamental, con editores de alto perfil colaborando y con muchos editores adoptándolo o tratando de implementar sistemas de negocios compatibles.
Finaliza diciendo que las bibliotecas pueden sentirse orgullosas de su contribución a este mundo del OA; pero deben esforzarse en su difusión. El OA dependerá en buena medida de la actitud de las bibliotecas hacia él.