No hemos mencionado todavía de manera directa ninguna de las actividades relacionadas con la Sección de ALFIN, de cuyo SC formamos parte. No vamos a hacerlo de las dos reuniones del Comité porque esperaremos a las actas que nuestra secretaria Jaclyn Teo tendrá que redactar; pero sí apuntaremos tres cuestiones: el deseo de que se discuta en distintos foros cómo se puede proceder para expandir las MIL y que diferentes organizaciones y autoridades las tengan en cuenta; el próximo periodo electoral en IFLA que producirá hasta 8 vacantes en el SC (entre ellos yo mismo) y la conferencia que tendrá lugar en Ciudad Juárez en noviembre próximo, apoyada por la Sección y en la que participo con un taller: CIMALFIN.
Además resumiremos las dos sesiones organizadas dentro del Congreso, considerando que también hubo una preconferencia (satélite) en Limerick (ver las reseñas y presentación de Sheila Webber y el hashtag #iflalimerick). En una reseña diferente incluiremos la información que sobre ALFIN se repartía por todo el Congreso sin necesidad de participación directa de nuestra sección.
Nuestra primera sesión (la 88) se organizó conjuntamente con la Sección de Bibliotecas de la Salud y Biociencias con el tema que indica el título.
No fue concurrida, pensamos que en gran parte porque en ese momento "competía por la atención" con la Declaración de Lyon dentro de la sesión de la Presidenta de la IFLA.
Se habían presentado 44 propuestas, de las que finalmente quedaron 6 (participé en la evaluación de los abstracts), que van a ser propuestas para publicación dado que no se trata de un tema demasiado común.
1.1 La primera intervención se localizaba en Alaska y se centraba en cómo conseguir información en salud relevante para quienes tienen un nivel de inglés limitado. Sigrid Brudie nos introdujo durante 10 minutos en la historia de Alaska antes de dedicarse a hablar de la health literacy y del plan de acción nacional para mejorarla. Definida como el grado de capacidad para obtener, procesar y entender información sanitaria básica y los servicios necesarios para tomar decisiones de salud apropiadas. Las bibliotecas son uno de los socios de ese plan nacional. De hecho existe el TAHLC (The Anchorage Health Literacy Collaborative) desde 2007 formado por el Alaska Literacy Program (ALP), la Universidad de Anchorange y la Alaska Medical Library que desarrollaron el PLN (Peer Language Navigator). Se busca incrementar la confianza de las personas, para que sean capaces de compartir lo que se aprende e identificar los atributos de recursos útiles y encontrar el equilibrio adecuado (no demasiada información).
El Programa cuenta con varias sesiones, cada una de ellas con pretest y postest, trabajo para casa y Libguides. Nos muestra 4 de esas sesiones y algunos de los resultados de la evaluación entre los que destacan que aumenta la confianza con respecto a la información en línea, aprendieron muchas cosas sobre temas de salud y fueron capaces de identificar atributos de web de confianza.
1.2 Cómo los bibliotecarios de salud son atraídos por la evaluación crítica.
Martin Morris inicia su intervención diciéndonos que ha escogido la abeja como símbolo porque cada individuo está conectado con la colmena y comparte la información sobre los lugares que encuentra.
Presenta desde el punto de vista médico el ciclo de la Medicina basada en la evidencia y considera que el bibliotecario y la biblioteca son claves en al menos uno de estos estadios, el de la evaluación crítica, que además solventa la búsqueda de colaboración con otros profesionales. Se preguntan si realmente los bibliotecarios están aprovechando esta oportunidad al mismo tiempo que pensaban que había poca literatura sobre la cuestión.
Su objetivo es descubrir cuál es esa literatura. Nos muestra los pasos de su estrategia de búsqueda que obtiene 105 documentos.
De ellos se desprenden cuestiones como:
- Hay actitudes positivas y negativas por parte de los bibliotecarios hacia esa evaluación crítica
- Hay falta de confianza y de disposición
- Se aprecia resistencia por parte de los médicos (aunque cambia cuando trabajan con ellos)
- Miedo a lo desconocido, a las estadísticas
- Lagunas de conocimiento y barreras de destrezas/conocimiento
- Muchos tipos de participación del bibliotecario y en varios contextos
Mencionan (también interviene Genevieve Gore) algunos casos reales, como el del CICS de la Universidad de Vanderbilt y se preguntan si seremos relevantes si ignoramos esta oportunidad, antes de hablar de las limitaciones de su búsqueda y de mostrarnos la bibliografía.
1.3 Desde la Universidad Makerere de Uganda María G.N. Musoko nos habla del acceso a documentación actualizada por los trabajadores de la salud en áreas rurales y de la resolución de problemas de salud por la comunidad, mediante un proyecto de Elsevier para bibliotecas innovadoras en países en desarrollo que les concedió una beca de tres años. Intervinieron 2 bibliotecarios y 3 sanitarios (dos médicos) con socios de la comunidad. Las principales actividades consistían en identificar los temas principales, intentar resolverlos mediante talleres ALFIN, generar publicaciones en el Digest (resúmenes de información electrónica actualizada, recogidos de manera impresa para los profesionales de la salud) de salud de Uganda, formar a bibliotecarios en el ámbito de la salud y realizar evaluación.
Los talleres se apoyaban en la reunión con autoridades locales, con invitaciones y reuniones en que se trataban varios temas. Realizaban búsquedas sobre información actualizada y copias de la documentación, de formularios... Las cuestiones consideradas importantes por los médicos eran contrastadas con los problemas de las comunidades (en 2010: malaria, catarros y resfriados, parásitos intestinales; en 2011: malaria y niños, neumonía y problemas de piel; en 2012: dolencias no comunicables como cánceres de próstata y columna, problemas de corazón, hipertensión, diabetes) y se planteaban posibles soluciones, considerando los síntomas, las preocupaciones...
Todos los procesos de formación se consideraron útiles y tuvieron una evaluación positiva. El 64% de los líderes de la comunidad aplicó los conocimientos adquiridos.
Respecto a la sostenibilidad, pasará por conseguir recursos y formar a los bibliotecarios. Considera que no deben dejarse las cuestiones sanitarias sólo en manos de los profesionales, la comunidad es importante.
1.4 Inci Önal quiere analizar la situación de la alfabetización en salud en Turquía, que la investigación médica se haga entendible por el público y saber cómo usa (o no usa) la gente la información médica.
La alfabetización en salud significa entender los problemas y recursos médicos para tomar decisiones. Hay cerca de un millón de personal sanitario (130.000 médicos) para más de 76 millones de personas en Turquía. Identifica 25 proyectos entre 2000 y 2014 de los que analiza la dimensión de los temas y las necesidades de los usuarios y de los que extraerá recomendaciones a tres niveles: educativo, documental y de asesoramiento.
A nivel educativo los bibliotecarios forman sobre expertos, destrezas, campañas, servicios y prestan más atención al desarrollo de colecciones específicas. La educación debe ser continua y una actividad libre para todos.
A nivel documental fomentar los formatos electrónicos de la colección, que responda a las preguntas fundamentales.
A nivel de asesoramiento debe considerar las discusiones, los usuarios y el working.
Como conclusiones: los pacientes pueden ser protagonistas de una parte de las decisiones relacionados con su salud. Las bibliotecas contribuyen a la salud pública proporcionando la alfabetización en salud a los usuarios.
1.5 Leila Nemati-Anaraki, de la Universidad de Ciencias Médicas de Irán, hace una presentación breve, clara y directa que busca determinar el papel de los bibliotecarios "clínicos" en promover las conductas saludables, su colaboración con profesionales de la salud para promover las destrezas en alfabetización en salud y rediseñar el rol de los bibliotecarios mediante la creación de un portal de conocimiento que además de mejorar la conectividad, identifique y supere las barreras de uso de la información sobre salud en diferentes escenarios, mejorando también el acceso de los profesionales sanitarios a la información esencial.
Cree que la alfabetización en salud debería ser una parte activa de todos los ciudadanos, el portal podría centralizar la información pertinente y su desarrollo y recopilación requiere de cooperación entre distintos profesionales entre los que el papel de los bibliotecarios especializados es esencial.
Aporta una definición de alfabetización en salud como una medida de la habilidad individual para obtener, leer, comprender, comunicar y actuar ante las informaciones médicas para tomar decisiones informadas sobre la salud.
El papel de los bibliotecarios en el portal incluiría la indexación y categorización, la clasificación y aplicación de metadatos, la gestión de la información, la formación para utilizarla, proporcionar valor añadido en las redes sociales y jugar diferentes papeles en la transferencia de la información. Sobre todo, convertir el conocimiento individual en social.
Los temas contemplarían la salud de los individuos, los síntomas, remedios medicinales, hábitos nutricionales, historias clínicas, dietas, ejercicios diarios, cuidados médicos, resultados experimentales...
Nuestra segunda sesión (la 191) estaba coorganizada con la Sección de Educación y Formación y tomó un formato no clásico que llaman "world café" que pretende capturar ideas y consiste en lo siguiente: las personas se reparten en diferentes mesas y se distribuyen hojas de diferentes colores con preguntas sobre el tema que se quiere tratar. Se discuten las preguntas que corresponden a tu mesa durante un plazo de tiempo. Una vez que ese plazo finaliza hay que buscar una mesa en la que la hoja de preguntas tenga diferente color y tras otro lapso de tiempo volver a realizar la misma operación hasta participar en tantas mesas como hojas diferentes haya. Al final, alguien que se ha quedado en una de las mesas durante todo el tiempo expone las aportaciones generales.
Es un sistema bueno para conocer a diferentes personas, requiere de preguntas claramente formuladas y en ocasiones deriva hacia otro tipo de cuestiones.
La afluencia fue numerosa, con todas las mesas llenas.
Las preguntas se relacionaban con la evaluación, el programa, las tecnología implicadas, los tipos de formación y los de bibliotecas y bibliotecarios.
Algunas ideas generales:
- Transferir es muy difícil.
- En escolares centrarse en un tema tiene mejores resultados.
- Incluir lo relevante de cada estadio de la ALFIN en un tema concreto.
- También en la universidad estaría bien introducirlo dentro de los temas propios.
- Hay que entender a la gente.
- Cambiar el know-how.
- Integrar en el currículo.
- Planificar las sesiones, lo que requiere destrezas pedagógicas.
- La evaluación de la información implica evaluación personal (y no lo dije yo).
- La biblioteca es el lugar de la tecnología y del aprendizaje.
- Cómo enganchar a los estudiantes es tan importante como cómo encontrar.
- Es preciso adaptarse a contextos complejos.
- Hay que monitorizar la evaluación.
- El formato de conferencia no es el más adecuado. Hay que envolver la experiencia en algo práctico: trabajo, juego... que estimule la participación y el trabajo en grupo.
- Los MOOC son una herramienta.
- Hay juegos para enseñar.
- Con los nuevos graduados se ven las diferencias entre bibliotecas. Son fundamentales las destrezas de comunicación, la promoción de los contenidos y la conexión entre los mismos. El marketing y las relaciones son esenciales.
- Los entornos personales de aprendizaje pueden sostenerse sobre muy diferentes herramientas: los portfolios pueden ser esenciales en los ámbitos escolares. Los MOOC, los escritorios personales, herramientas comoScoop.it o Pearltrees y otras que se mencionaron podrían funcionar. Se considera que la red colaborativa se cree tanto dentro como fuera de la institución.
- Además de la formación en línea también se considera la mentorización.
- Hay que considerar las diferencias culturales y grupales.
- La formación informal se une a la formal.