Tras la ponencia de Innenarity se sucedieron dos mesas redondas moderadas por Vicente Vallés con las siguientes temáticas: Globalización, Economía, Política y Nuevas Redes, la primera; Cultura Digital, Educación y Comunicación, la segunda.
Primera mesa redonda: Gobalización, economía, política y nuevas redes.
El primero en intervenir es Emilio Ontiveros quien buscara el impacto de la tecnología en términos de bienestar y prosperidad. La capacidad de computación, la ley de Moore, la conectividad, la ubicuidad han mejorado la productividad, han cuestionado la geografía en las relaciones económicas y han creado lo que se puede llamar ya economía de internet.
Hoy las tecnologías contribuyen a la mayor dotación de I+D, son las principales impulsoras de la maternidad empresarial, las protagonistas de los encuentros en la tercera fase de la globalización, acelerando la inserción de las economías.
Pero se plantea dos interrogantes con uno inducido:
- La economía colaborativa supone una desintermediación de los agentes "tradicionales", eliminando poder de mercado y suponiendo una suerte de contestación al sistema económico actual
- El impacto en el empleo al principio fue claramente positivo pero lo tiene también en la destrucción de empleo planteando un contraste de habilidades, un desempleo tecnológico por no ser capaces de alcanzar un grado de alfabetización digital suficiente.
Se combina la emergencia de nuevos empleos con la obsolescencia de parte del desempleo (el 50% del de España es tributario del "ladrillo", uno de los menos influido por las TIC).
Fernando Vallespín afirma que Daniel ha solapado gran parte de su discurso. Cree que las tecnologías son ambivalentes, están revisando el concepto vago de autoridad, al que prefiere referirse como auctoritas. El portátil acaba con la del profesor ya que se puede acceder al instante a lo que le contradiga (aunque sea más válido para los datos que para los argumentos).
Hay una nueva gestión de los criterios de autoridad que dábamos por supuestos. En la política democrática hay mucha relevancia de la distancia y el secreto relativo que eran los soportes para conformar opinión. Hay una reestructuración del espacio público, que ya no es el que establecen los medios de comunicación tradicionales; un aumento creciente del tempo (lo nuevo envejece de manera más rápida), un esfuerzo permanente de aceleración, una dificultad para filtrar lo que verdaderamente sucede... que lleva a que los poderes públicos deban afrontar la crisis de la desintermediación.
Al eliminar los intermediarios (los partidos políticos lo son) se está poniendo en cuestión el sistema representativo. Puesto que "estamos todos presentes" no tiene sentido la representación (que es presentar al que está ausente) de donde surge la idea de "tú no me representas" para la que no hemos encontrado una solución.
Por otro lado, hay dificultad para establecer la distinción entre lo público y lo común. ¿Cuál es la frontera entre lo que se le encarga al poder público y lo que podemos organizar por nosotros mismos? La legitimidad se ve erosionada.
Jorge Pérez está desde el número de uno en Telos y su difícil reto es cómo resumir lo que ha pasado en el sector de las telecomunicaciones desde entonces. No queda casi ninguno de los agentes poderosos de los 80, han desaparecido una buena parte de los ligados a los móviles, en poquísimos años de vida los nuevos han hecho cosas inimaginables, se ha abierto a la competencia el mercado de las telecomunicaciones, cuando internet se hace comercial supone una ventaja competitiva de Estados Unidos y se descubre el engaño de que no existía otro elemento de desarrollo en el que cada uno tenía su mundo.
La clave fue que internet se hizo ubicuo (iPhone). Triunfó porque creó la web con servidores y clientes "agnósticos", nula en términos tecnológicos pero sí en lo social, con un aspecto caótico y una regulación pequeña al mismo tiempo que los operadores se regulaban mucho.
Las preocupaciones que observa son las siguientes:
- Lo único seguro es que la innovación tecnológica va a continuar, determinando la ventaja competitiva y sólo se puede competir desde el conocimiento y el capital. Por lo que hay que participar en esa innovación tecnológica y nosotros tenemos déficit. Somos buenos como usuarios pero no como productores de innovación.
- Internet está dejando de ser el espacio abierto, descentralizado, etc. que comenzó siendo, tal vez por su aspecto cada vez más comercial.
- Al final hay que gobernar y hay un problema de gobernanza, con gran fraccionamiento y agentes privados que son los que deciden por dónde van las cuestiones más críticas. Se produce en foros internacionales y hay discrepancia entre lo global y los Estados. Menciona el enorme fracaso de la Conferencia de Dubai (World Telecommunication Development Conference (WTDC-14)
El moderador pregunta:
- ¿Hacia dónde vamos? Daniel: el éxtasis de la desintermediación se está agotando. Hay que reconstruir las mediaciones. No se enseña igual cuando la información es escasa: ahora hay desorientación. Google tiene datos, no tiene saber.
- ¿Cómo se transmite el nuevo conocimiento? Fernando: Tú mismo puedes acceder; pero no te han educado en saber cómo acceder a lo que te interesa. Se ha perdido el sentido del aprendizaje. Menciona que hace un MOOC: la primera impresión es que sus clases sobran. La última que tienen más valor. Se echan en falta la presencia, las preguntas espontáneas.
En los periódicos se puede saber a qué se accede y durante cuánto tiempo: una media de tiempo tan baja que hacer preguntarse cuánto se ele de verdad.
Hay que combinar lo tradicional con lo novedoso. - Jorge: Nadie es capaz de hacer una predicción tecnológica seria. Si continúa la ley de Moore, con unas cuantas "vueltas" más las cosas no tendrán volumen (y/o serán tan caras que no merezcan la pena). Para 2020 parece que habrá 6.000 millones de personas con acceso a internet, además de la internet de las cosas que hará que todo esté conectado.
- ¿Relación entre el empleo y las perspectivas tecnológicas con la I+D? Emilio cree que no hay indicios para suponer que está cambiando el patrón de crecimiento en España. No hay recuperación del capital perdido: estamos rebotando, pero no reconstruyendo. Ha habido mucho daño en el capital humano (estructural en buena parte), destrucción de equipamientos, infrautilización de capital y hemos caído también en lo tecnológico. Nos falta masa en la generación de productos TIC/tecnológicos y en la I+D ligada a ellos. Hay emergentes que están invirtiendo mucho más. Estamos exportando bienes con bajo contenido tecnológico. El ideal sería llegar al nivel alemán o danés, que pagan 40 euros por hora de trabajo y están en la Champions de la competitividad.
Segunda mesa redonda. Cultura digital, educación y comunicación
El metafórico Antonio Rodríguez de las Heras nos propone el viaje desde (A de) Andrómeda hasta la Tierra. Nos podía parecer lo más difícil lanzar la nave; pero si lo hacemos es que disponemos de la tecnología necesaria. Los desafíos empiezan entonces: ¿cómo recorrer 2 millones de años luz para llegar a la Tierra? Eso es la educación.
También nos parece que una vez instalados en la nave ya sólo nos debemos dejar llevar; pero experimentamos problemas con la velocidad de crucero: los nativos digitales experimentan un envejecimiento prematuro. Hemos pasado de superar los problemas biológicos aumentando la esperanza de vida al envejecimiento provocado por el desajuste con el entorno (que se mueve a gran velocidad). El desajuste por comprender el mundo lleva a la existencia de jóvenes de 18 años que son viejos.
Pero además, si queremos conquistar o colonizar la Tierra la tripulación deberá contar con medios para hacerlo. Estos medios no pueden enviarse ya montados sino despiezados para ser montados o recombinados cuando lleguen. El montaje no debe plantearse como el montaje en cadena de la era industrial porque saldrían productos desajustados. Tenemos que crear piezas mucho más pequeñas: no títulos, cursos, clases... sino tender a la modularidad para que cuando lleguen lo reconduzcan. Hablamos de un lego más que de un mecano.
Al ser un viaje muy largo impide la comunicación por lo que podrían ser precisas unas instrucciones. Pero si se dan al principio no corresponderán con lo que nos encontremos al llegar. Por tanto, hay que dar autonomía. Lo que se está haciendo es enseñar a hacer muros (de información) que se convierten en presas en contacto con el torrente. Hay que enseñar a hacer arcos (puentes) lo que supone que hay más vacío que piedra (a principios del s. XX se vio que la materia era vacío). El gran desafío no es la información sino el conocimiento. Por tanto, hay que formar una generación en el conocimiento cuando hay más vacío que piedra, y construir con la piedra, arcos.
Bernardo Díaz Nosty recuerda que el muro de Berlín cayó 5 años después de que naciera Telos con gente de un mundo de letras rodeada de ingenieros de telecomunicaciones. Telecomunicaciones que son perforadoras de tiempo y espacio en el mundo de los medios y creadoras de cultura tecnológica. De tal manera que nada de lo que tenemos en presencia estará en el número 200, por lo que somos incapaces de preparar el futuro.
Un smartphone es mucho más potente que la mejor herramienta de que dispondría un periodista hace 20 años, cuando EE.UU. y Japón eran los motores. Sólo con los móviles y su revolución habría sido suficiente. Son las mejores herramientas de trabajo. Sin embargo no ocurre lo mismo con los contenidos, dándose una ralentización de los medios. La crisis es sistémica, las corrupciones de los medios tienen que ver con otras corrupciones.
En el punto cumbre de la tecnología los escenarios tendenciales apuntan a un cambio de paradigma. Se ha descuidado, sin embargo, la capacidad de innovación social y su rescate es lo esencial. Hay que recuperar la capacidad de intervención en la historia y llevar a cabo una redifinición social.
Rosa Franquet tuvo su primera contribución en el número 13 y se involucró en el comité editorial de la colección de libros. Le resulta imposible resumir lo que ha ocurrido en las industrias culturales. Todos se han visto afectados por la transformación tecnológica sin poder escapar al proceso, que no ha sido lineal, con retrocesos, paradas, aceleraciones... Algunos grupos han perdido la hegemonía, nuevos actores en que nadie pensaba han aparecido. Ha ocurrido en los contenidos audiovisuales, en los transmedia, con nuevos públicos. Han surgido nuevas maneras de participación como el micromecenazgo (crowdsourcing).
No podemos augurar que el proceso sea fácil y cómodo. La perseverancia es el elemento imprescindible. Y que en un momento de incertidumbre (con mucha información y no tanto conocimiento) son más que nunca necesarios los prescriptores (intermediarios), tal vez no los mismos que antes y que deben ganarse su lugar y credibilidad.
Vicente Vallés apunta cómo el exceso de información se ha mencionado por todos. ¿Qué opinan sobre su gestión? Matiza la pregunta para los dos últimos.
- Bernardo: es uno de los problemas de la crisis. Exceso de cantidad, no de calidad. Es necesario depurar. Cree en una sedimentación atenta a la innovación social.
- Rosa: sobre la credibilidad de los mediadores cree que las prácticas comunicativas no han estado a la altura, las TIC no garantizan nada. Las personas deben usarlas para procesos más participativos, poliédricos... pro la dinámica no lo ha potenciado. La credibilidad y la reputación no son una cosa del pasado sino cada vez más importantes. No es posible elegir: sólo los que estén preparados para prácticas comunicativas de calidad podrán sobrevivir a lo que significa la sobreabundancia.
- Antonio: Exceso de información y acceso al conocimiento ¿Es una cuestión personal? Hay que crear un sistema para metabolizarlo. Hemos pasado de la carencia de alimentos e información (crónicas) al exceso abandonando un cerebro anémico durante toda la historia. Toda información por encima de un umbral produce ruido: "Me suena" es el mejor síntoma del ruido. Hay que reducir el número de expertos y aumentar el de maestros, reinterpretando su concepto. La razón de que haya más expertos es porque si todo cambia constantemente no hay manera de aprender, por eso proliferan los que dan recetas (expertos).
Desde el público:
- Alguien apunta que ve poco optimismo, que más que diques o puentes hay que navegar, ser optimistas y trabajar mucho. Antonio Rodríguez contesta que hablar de retos no es pesimismo, hay que estar disconforme con lo que tenemos para poder llegar a donde queremos.
- También que en las sesiones organizadas por la Fundación Telefónica se ha mostrado que hay mucha gente con ideas, creadora, con ganas de hacer cosas.
- Y quien pensaba que ha faltado el análisis geopolítico en el que se apuntara cómo la informática ha barrido la cultura comunicativa de las telecomunicaciones, el predominio del mundo anglosajón, la concentración tan brutal como nunca con la información como materia prima, cómo nos están dejando fuera de juego y además contribuimos a ello de manera gratuita.
Vicente hace una última pregunta sobre si el periodismo es mejor ahora o no hemos mejorado. Bernardo Díaz Nosty dice que las herramientas son muchos mejores, pero la información no. Antonio Rodríguez que es mejor ahora porque tiene nuevos desafíos que están haciendo que surja un nuevo modelo.
Alejandro Díaz Garreta además de los agradecimientos nos anuncia que el número 101 de Telos tendrá como temática Educación superior: mutación digital y que van a iniciar una serie de concursos para que cada portada de TELOS esté creado por diseñadores conocidos o emergentes.
Como hemos mencionado en el post anterior muchas de estas cuestiones pueden verse reflejadas en la obra de Jaron Lanier ¿Quién controla el futuro?