La difusión de los resultados de la investigación es tan importante como su producción. La publicación en la revista científica se mantiene en la cúspide del proceso de investigación y la unidad de medida para su evaluación pero no agota sus posibilidades de difusión.
La utilización en combinación de nuevas herramientas académicas y sociales de comunicación favorece una mayor visibilidad de nuestro trabajo en la red, facilita el intercambio con investigadores y es el instrumento para definir y controlar nuestra identidad como investigadores en la web.
Queramos o no en Internet se va dibujando una identidad online de la que depende nuestra reputación en la red. Podemos dejar que ésta dependa de "lo que se diga de nostros" (noticias sobre nuestras publicaciones, menciones de terceros...) o adoptar una actitud activa siendo nosotros mismos los que definamos nuestro propio perfil online.
El desarrollo de las webs de hace unos años requería de conocimientos de programación y diseño que hacían necesaria la intermediación de informáticos y diseñadores para su construcción. Estas páginas estáticas han dado paso, de la mano de la llamada Web Social, a herramientas interactivas de manejo personal con plantillas de diseños atractivos que permiten que cualquier persona pueda situarse con voz propia y capacidad de interacción en el terreno online.
El blog como hilo conductor, las redes sociales o de carácter profesional, los llamados microbloggings de mensajes cortos (twitter) y, en nuestro contexto académico, los repositorios institucionales o temáticos como servicios de alojamiento de documentos y datos, constituyen una breve muestra de los servicios básicos a nuestro alcance.
Una estrategia de construcción de nuestra reputación online que contribuya a una mejor difusión de nuestra actividad y publicaciones incluiría al menos dos pasos:
El primero sería el depósito de los documentos generados en el proceso de investigación y docencia en el Archivo de E-Prints Complutense. El alojamiento en un archivo institucional de acceso abierto ofrece garantías de máxima difusión, fácil acceso y preservación a largo plazo e información estadística de descargas. Permite reunir y gestionar en un mismo lugar toda nuestra producción científica y material docente en distintos formatos dotando a cada documento de una url persistente para su reutilización desde otros contextos.
El segundo paso será el blog, que vendría a ser nuestra voz en la red. Como autores, el blog nos permite anunciar y comentar eventos, actividades y publicaciones de nuestras áreas de interés. Comunicar nuestra participación en congresos y seminarios, enlazar con las respectivas webs u ofrecer, en su caso, el texto de nuestra comunicación o ponencia previamente depositada en el Archivo de E-Prints Complutense. Alertar sobre nuestras nuevas publicaciones, últimos e-prints depositados. Enriquecer el debate social mediante el análisis de cuestiones de actualidad desde nuestra perspectiva jurídica. Dialogar y establecer contactos.
El blog es una forma simple y eficaz de difundir la actividad propia. Permite anunciar actividades futuras o relatar las pasadas. Esto sirve tanto para iniciativas académicas de nuestro Departamento o de la Facultad, como para alertar sobre nuestras publicaciones prácticamente según se van produciendo. En este último aspecto, la conexión del blog con el Archivo Institucional E-prints Complutense, funciona de manera sobresaliente. (Juan Sánchez Calero-Guilarte, Catedrático de Derecho Mercantil)
El blog personal no es la única opción, existen tambien blogs colectivos algunos de los cuales permiten participaciones más o menos ocasionales.
El uso de las redes sociales tipo facebook para el mantenimiento de contactos e intercambio de información y documentos o herramientas como twitter, que lanza mensajes de no más de 140 caracteres permitiendonos participar en conversaciones o retransmitir o asistir a eventos, dependerá de nuestros intereses y de la definición de nuestro público objetivo.