El mundo de la inversión y el literario tienenn mucho en común, aunque llevan una relación de amor-odio. En algunos momentos abundan las publicaciones sobre inversión, y en otros no es posible encontrar literatura relevante sobre productos de trading muy comunes.

Es curioso cómo funciona el mundo de la literatura y todo lo relacionado con la inversión y el trading. Y es curioso porque aunque los mercados lleven años reallizándose operaciones financieras de un tipo, no aparece literatura al respecto hasta mucho tiempo después.

Un ejemplo muy claro es el mundo de la inversión en bolsa. La bolsa no es un mercado moderno como se suele pensar, sino que sus inicios se remontan a comienzos del siglo XVII. Eso sí, el mercado bursátil llego un poco tarde a España, pues no fue hasta 1831 cuando se abrió la primera en nuestro país.

Si la primera bolsa se creó a principios de siglo XVII, los primeros libros en los que se explicaban métodos estudiados de inversión con acciones no se publicaron hasta los años 20 del siglo XX, con la publicación de Security Analysis, de Benjamin Graham y David Dodd.

Pero no sólo se produce este fenómeno en la inversión, sino también en las opciones y derivados financieros. Cuando hablamos de futuros sobre materias primas suele suceder lo mismo que con la bolsa, y es que parece que se trata de un producto financiero complejo y moderno. Sin embargo, el mercado de futuros es también muy antiguo y, originalmente, no tenía nada que ver con la especulación y el trading. ¿Cuál es su orgien? Muy sencillo, cuando los agricultores vendían su cosecha antiguamente no sabían a qué precio lo iban a hacer. Año a año su costes eran más o menos los mismos, pero si la cosecha era muy buena en el mundo y había abundancia, los precios bajaban mucho, en ocasiones, por debajo de los costes. Por tanto, para asegurarse unos precios razonables, muchos agricultores vendían su cosecha con antelación a un precio determinado, y no al precio que marcaba el mercado en el momento de la venta.

A día de hoy los futuros sobre materias primas como el trigo se negociación en los mercados financieros, y aunque siguen siendo usados para protegerse del movimiento de los precios por parte de los productores, la mayor parte del dinero negociado en este mercado es cosa de traders.

Como es de esperar, durante los siglos en los que el mercado de futuros era utilizado por pequeños agricultores no recibió la atención de ningún escritor y, mucho menos, de un participante en el mercado que dejara sus ideas y opiniones por escrito. No fue hasta que se convirtió en una herramienta de trading que recibió algo de atención del mundo literario.

Si aceleramos en nuestro viaje por el mundo del trading, llegamos a la actualidad, en la que un producto conocido como opciones binarias crece a un ritmo vertiginoso año a año sin que nadie ponga por escrito un sistema con el que operar.

Las opciones binarias son un producto que permite apostar a que un activo subyacente va a subir o bajar de precio. Por ejemplo, siguiendo con las materias primas, si creemos que el precio del trigo va a subir, tenemos que contratar un broker de opciones binarias y utilizar una opción call. Si el activo subyacente sube en el periodo de tiempo que hayamos determinado, ganamos, si no, perdemos. Además, también se puede utilizar una opción put si creemos que el activo subyacente, por ejemplo, las acciones de una empresa, van a bajar.

¿Y qué sucede con las opciones binarias? Pues que, aunque cada año son más populares, no reciben nada de atención del mundo literario. ¿Cuánto tiempo pasará hasta que esto cambie?