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Sertorio y la batalla de Lauro

Alberto Hernández Real 11 de Mayo de 2018 a las 15:58 h

  Quinto Sertorio es un personaje que la gente suele pasar por alto cuando habla de la historia de Roma y, más en concreto, de su presencia en Hispania.

 

  Conoce mejor o, por lo menos, le suena más, los episodios de Escipión contra los cartagineses en Hispania, de su nieto, Escipión el Numantino contra Numancia o la guerra entre César y Pompeyo y la batalla de Munda, supongo por ser más llamativos, pero se olvida un poco de Sertorio que, en condiciones muy inferiores, consiguió mantener en jaque a dos grandes ejércitos senatoriales y al que llegaría a ser uno de los grandes generales de la época, el ya mencionado Cneo Pompeyo Magno.

 

  Quinto Sertorio era un homo novus, es decir, no tenía antepasados que hubieran alcanzado el consulado, la máxima magistratura romana. Pariente del gran Cayo Mario, homo novus como él, sirvió a sus órdenes en la guerra contra cimbrios y teutones (113 - 101 a. C.), los cuales, tras su victoria contra Roma en Arausio (105 a. C.), en lugar de invadir Italia, se dividieron en dos grupos tomando caminos separados, dirigiéndose uno al suroeste, a Hispania, y el otro al norte. Sertorio, en esos años se infiltró entre los bárbaros para informar de sus movimientos a Cayo Mario y, cuando en 102 a. C. volvieron a dirigirse hacia Italia, Cayo Mario derrotó a los teutones en Aquae Sextiae y, al año siguiente, junto con Cátulo César derrotó a los cimbrios en Vercellae. Sertorio participó en ambas victorias, según Félix García Mora, comandando a una turma de caballería, lo que le confirió cierto prestigio.

 

  Terminado el conflicto surgió un nuevo problema para Roma, ya que se levantaron voces pidiendo la ciudadanía romana para los aliados. Al no presentarse una solución, estalló la guerra entre Roma y sus socii (90-88 a. C.). Sertorio había sido nombrado cuestor y enviado a la Galia Cisalpina, encargándose de reclutar soldados y hacer acopio de armas y víveres. Participo en las batallas perdiendo un ojo en el curso de la guerra, consiguiendo así más gloria y fama militar, tan importante a la hora de ir escalando puestos en el cursus honorum.

 

  Los cónsules elegidos para el año 88 a. C., el año en que finaliza esa guerra eran L. Cornelio Sila y Q. Pompeyo Rufo. A Sila se le encomendó la guerra contra Mitrídates pero Cayo Mario consiguió que el Pueblo se la otorgase a él. Sila entonces con su ejército marchó a Roma, tomando la ciudad y expulsó a Mario. En esos años, Sertorio trató de presentarse a las elecciones a tribuno de la plebe pero se cree que no lo consiguió por la oposición de Sila. Por lo tanto, cuando Sila se fue a Oriente a ocuparse de la guerra contra Mitrídates, se puso de parte del cónsul del año 87 a. C., L. Cornelio Cinna, que buscaba derogar la legislación silana y, con la ayuda de Mario, se hizo con el control de Roma.

 

  Obviamente, Sila se enteró de estos hechos, consiguió una paz rápida con Mitrídates y volvió a Italia en el 83 a. C. En el bando en que se encontraba Sertorio no había un líder competente dado que Mario había muerto poco después de volver a Roma y Cinna había sido asesinado por sus soldados. Viendo que estaban perdiendo la guerra en Italia, Sertorio que había sido elegido pretor, marchó a Hispania cuyo gobierno le había tocado en suerte.

 

  Llega por el norte cruzando los Pirineos con un ejército pero es derrotado, sufriendo graves pérdidas, por los gobernadores que se encontraban allí y que no reconocían al Senado opuesto a Sila. Con las tropas que le quedan y consiguiendo el apoyo de los piratas que en esos años infestaban el Mediterráneo, huye al norte de África, participando en la guerra civil que tenía lugar en esos momentos en Mauritania. Desde ahí, en el 80 a. C. recibe una petición de los lusitanos, en guerra en esos momentos contra Roma, para que los dirija en la guerra, por lo que Sertorio vuelve a Hispania, consiguiendo eludir la resistencia senatorial y avanzando hacia el norte, hacia Lusitania, y reclutando por el camino a ciudadanos romanos e itálicos residentes en Hispania. Comienza así una etapa de guerra de guerrillas entre el 80 a. C. y el 77 a. C. consiguiendo reunir a varias tribus en torno a él.el norte, hacia Lusitania, y reclutando por el camino a ciudadanos romanos e itálicos residentes en Hispania. Comienza así una etapa de guerra de guerrillas entre el 80 a. C. y el 77 a. C. consiguiendo reunir a varias tribus en torno a él. 

 

  Para ese año, consciente de que para mantener su posición tiene que extender su influencia al resto de Hispania, se traslada a Celtiberia, dejando en Lusitania a su lugarteniente Hirtuleyo, con la misión de mantener ocupado a Metelo Pío, el procónsul romano enviado por Sila para acabar con él. El siguiente paso de Sertorio será hacerse con la ciudad de Lauro, en el levante hispano, para dificultar las comunicaciones entre las dos provincias hispanas. En esos momentos, llega Cneo Pompeyo Magno enviado por el Senado para acabar con el problema de Sertorio dado que hasta el momento Metelo Pío no había sido capaz. Pompeyo contaría con 30000 infantes y 1000 jinetes mientras que Sertorio tendría 60000 infantes y 8000 jinetes a sus órdenes.

 

  Sertorio consiguió bloquear a Pompeyo entre dos campamentos suyos haciéndole creer que el bloqueado iba a ser él, consiguiendo así la mejor posición táctica. Las tropas de Pompeyo se vieron obligadas a forrajear, al no tener provisiones suficientes, y en la zona sólo había dos sitios óptimos para ese cometido, uno más cercano a los campamentos y otro más lejano. Con incursiones constantes al más cercano, Sertorio obligó a las tropas enemigas a dirigirse al más lejano, donde preparó una emboscada. Destacó para la emboscada a diez cohortes de infantería pesada y diez de infantería ligera al mando de su lugarteniente Octavio, apoyadas por dos mil jinetes al mando de Tarquinio.

 

  Pompeyo envió a una legion a forrajear y esta se dispersó para cubrir más terreno. Encontrándose en esa tarea, Octavio lanzó a la infantería ligera contra los legionarios senatoriales que fueron atacados con armas arrojadizas y rápidamente derrotados. Los pompeyanos hicieron un intento de reorganizarse pero fueron atacados por la infantería pesada. Con los pompeyanos en fuga se produjo el ataque de Tarquinio con la caballería.

 

  La reacción de Pompeyo fue enviar una legión en ayuda de sus tropas pero las tropas de Sertorio superaron a las de Pompeyo tácticamente. La caballería de Tarquinio se abrió dejando pasar a la legión de Pompeyo, pero enseguida la caballería sertoriana se situó a su retaguardia mientras que la infantería de Octavio formaba la línea frente a los pompeyanos, que fueron atacados y aniquilados, perdiendo así Pompeyo dos legiones.

 

  Esta sería la principal batalla de la guerra, victoria que no pudo explotar Sertorio debido a que tras la pérdida de comandantes competentes como Hirtuleyo y una serie de reveses debido a incompetencias de sus otros generales le llevaron a perder su posición, teniendo que retroceder y perder terreno. Aun así consiguió mantener en jaque a los ejércitos senatoriales pero el endurecimiento de su posición hizo que cundiera el malestar entre sus partidarios romanos e itálicos que acabaron asesinándolo.

 

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1. Actual Orange, Francia
2. Serie de magistraturas romanas que iban desde la más básica de cuestor a la más prestigiosa de cónsul.

 

 

 

Bibliografía: 

 

- López Fernández, J. A. (2014): La guerra hispana de Sertorio 82 - 72 a. C. , Madrid, Almena.

 

- García Morá, Félix (1991): Un episodio de la Hispania republicana: la guerra de Sertorio, Universidad de Granada

 

 

 

 

 

 

 

 

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