Tercer faraón de la dinastía XIX, gobernó en el alto y bajo Egipto durante el siglo XIII a. C., en la época imperial o de mayor apogeo en Egipto hasta la fecha. Su fama y renombre han llegado incluso hasta nuestros días.
Nunca antes en la historia del Antiguo Egipto un faraón nos había dejado tantos testimonios de su vida, obra y monumentos. Algunos de los elementos que lo han hecho tan conocido y estudiado en la actualidad han sido su extraordinaria longevidad, la larga duración de su reinado como faraón, el enorme número de esposas y concubinas que tuvo y la cantidad de hijos e hijas que engendró que, si los relieves de Abu Simbel son ciertos, rondaría entre un centenar de varones y otras tantas mujeres.
Según las fuentes antiguas de Egipto que han perdurado hasta nuestros tiempos, el reinado de este faraón duró setenta años y teniendo en cuenta que subió al trono cuando tenía unos veintitantos años, debió de morir con al menos noventa; algunos autores apuntan que incluso pudo llegar a los noventa y ocho.
Las obras arquitectónicas que se realizaron durante su reinado son de carácter monumental y han dejado constancia del poder y esplendor del reinado de Ramsés II. Estas obras se encuentran por todo Egipto, Sudán e incluso Palestina, donde además de erigir nuevas construcciones, se dedicó a usurpar las de sus antecesores. Dos de las obras más importantes son Abu Simbel y el templo de Nefertari, además de la creación de una ciudad que llevaría su nombre, Pi-Rameses y que convirtió en la capital de su imperio.
El templo de Abu Simbel se encuentra en la zona del alto Egipto, a unos kilómetros de la segunda catarata, se encuentra excavado en la roca y fue dedicado a su figura y los tres grandes dioses tutelares de Egipto: Amón, Re y Ptah. Este monumento es tan impresionante debido al tamaño de las estatuas de Ramsés II que se encuentran en la fachada, de unos veinte metros, entronizado y con una clara intención de divinizar al monarca. El templo de Nefertarti-Merenmut, dedicado a su esposa Nefertari (que estuvo a su lado durante muchos años y fue madre de muchos de sus hijos e hijas) y a la diosa Hathor. En la fachada de este templo se puede ver la misma monumentalidad en el tamaño de las estatuas y la misma idea de divinizar a la figura de Ramsés y de su esposa que es representada con los atributos de la diosa Hathor.
Otro elemento importante de su reinado y que seguro que muchos conocéis, fue el de la batalla de Qadesh contra los hititas. Esta batalla debe su fama debido a que el monarca sobrevivió a ella de milagro y su ejército casi es aniquilado, pero las inscripciones en los templos y textos egipcios nos hablan de una gran victoria del faraón. Esta batalla enfrentó a los egipcios y los hititas en las proximidades de Qadesh y del río Orontes (Siria) por el control de este territorio. Debido al informe falso de unos espías hititas el faraón decide adelantarse con un pequeño contingente para establecer el campamento y cae de lleno en la trampa debido a que el ejército enemigo le estaba esperando, listo para el combate. El monarca al verse rodeado decide equiparse para la batalla y enfrentarse en su carro de guerra a un enemigo muy superior, que consigue a duras penas derrotar o los que se encontraban en su camino y salir con vida de la encerrona. Los textos egipcios hablan de una gran victoria del faraón, pero la realidad es muy diferente debido a que se firma un armisticio y este territorio queda bajo la influencia hitita (verdadero vencedor) y el faraón y su ejército se retiran. Algunos autores explican la necesidad del monarca de relatar esta batalla como una gran victoria fue debido a que la proximidad de la muerte en una situación en que la gran mayoría habría perecido, pero Ramsés no y lo marcaría psicológicamente de por vida.
En definitiva, el reinado de Ramsés II supuso un hito para la historiografía egipcia por diversos aspectos: Egipto se benefició de su figura y esplendor y vivió uno de los periodos de mayor apogeo que terminaría con los siguientes monarcas de la dinastía XIX y supondría el fin del imperio egipcio. A pesar del pequeño halo de misterio que sigue rodeando a su figura y que no explica del todo sucesos como el de la batalla de Qadesh o su extraña longevidad para la época (incluso para un faraón), la información que nos ha llegado abundante y diversa, y no solo de fuentes egipcias. Además, si se estudian las fechas, sería muy posible que el famoso éxodo de los judíos se produjese durante el reinado de Ramsés II, aunque todavía hay autores que discrepan tanto de su veracidad como de su coincidencia temporal con el faraón.
Bibliografía:
- DESROCHES NOBLECOURT, Christiane: Ramsés II. La verdadera historia. Madrid, Destino, 2004.
- LALOUETTE, Claire: Memorias de Ramsés el Grande. Barcelona, Crítica, 1994.
- LICHTHEIM, Miriam: Ancient Egyptian Literature. Volume II: The New Kingdom. California, University of California Press, 1976.
- MENU, Bernadette: Ramsés II: Soberano de soberanos. Barcelona, ediciones B, 1998.
- URRUELA QUESADA, Jesús: Egipto faraónico. Política, economía y sociedad. Salamanca, Ediciones Universidad de Salamanca, 2012