En el siglo XIX surgen diferentes estilos artísticos, entre ellos, está el arte prerrafaelita que solía mostrar a la mujer como el personaje principal en sus obras
En estas obras los artistas mostraban a la mujer como reflejo de los cambios en la sociedad industrial, criticando la sociedad y el entorno femenino de un mundo que antes solo había estado disponible para los hombres. Así, mediante la biblia, mitos, literatura o la misma historia, solían mostrarla como un ser de dos modos radicalmente contrapuestos: o inmoral que arrasa con el hombre y es difícil de controlar, o como una dama pura y débil que hay que proteger.
La femme fatale, era representada por estos artistas con unos rasgos característicos: pelirrojas de largos cabellos, piel blanca, ojos verdes, y con unos accesorios también definitorios, como un collar de coral rojo, elementos mágicos (libros, varitas, pócimas), y esferas de cristal, elementos que usaban para dominar el destino de los hombres, y que, junto a su aspecto hermoso, símbolo de depravación, lujuria y libertinaje, hacía al hombre incapaz de resistirse a sus armas de seducción.
La Odisea será una obra muy representada por esos artistas para representar a este tipo de mujer, siendo Circe uno de los personajes más representados. Ella es la hija de Helio, y usa su magia para convertir a los compañeros de Ulises, y aunque también le ayuda e incluso tiene tres hijos con el héroe, veremos que las representaciones se limitaran a ella, rodeada de objetos mágicos y pociones, o Circe en el episodio de la trasformación de los compañeros de Ulises en cerdos.
Uno de los cuadros que mejor representan esto es Circe ofreciendo una copa a Ulises (1892) de Jonh William Waterhouse; este artista que se incorporó tarde a los ideales prerrafaelitas es capaz de mostrarnos increíblemente bien las características de este estilo. Los elementos de este cuadro nos sitúan en el fragmento de la Odisea en que Ulises va a rescatar a sus compañeros y Circe intenta convertirlo sin conseguirlo. Circe tiene el característico pelo rojo, es hermosa, sus ropas son transparentes para atraer al hombre con su belleza, podemos ver a sus pies a uno de los compañeros transformados en cerdo, y en sus manos porta una copa con la pócima y una larga barita, que nos hace recordar que además de hermosa es peligrosa debido a sus dones mágicos. Pero además podemos ver a Ulises reflejado en el espejo de la espalda con gesto decidido, y restos de plantas en el suelo, que pueden hacer referencia a la planta que Hermes dio a Ulises para no ser convertido. De este modo, asustada, al ver a Ulises a punto de desenvainar su espada, Circe le seduce para así evitar el peligro.
Otro tipo de mujeres representadas por estos artistas era la dama etérea, rodeada de un halo de santidad cuyo poder, en este caso, es el de redimir a los hombres gracias a su capacidad de poder alejar sus instintos primitivos relativos a la sexualidad. Estas mujeres podrían ser el reflejo de la idea de Auguste Comte sobre "el sexo activo y el sexo afectivo" que relata en su obra Ensayo de un sistema política positiva de 1852. Para él "la misión de la mujer es proteger al hombre de la corrupción a la que se expone en su vida de acción y pensamiento".
Para estos pintores, el personaje de Ofelia de Shakespeare es el ejemplo más claro que representa a esas mujeres enloquecidas por amor, débiles al no ver su pasión consolada, y con flores a su alrededor mostrando su parecido hermoso y apaciguado. Ofelia será esa personificación del sacrificio femenino del siglo XIX, y los prerrafaelitas fueron los primeros en situarla en sus cuadros siguiendo esas cualidades que habían encontrado en las heroínas de Tennyson.
Millais fue uno de los primeros artistas en representar este tema que pronto se volvió recurrente. La idea de esa joven enloquecida de amor, ahogada por desesperación, hizo que Millais pudiera representar en su Ofelia la actitud abandonada de la mujer, innovando con la postura y mostrándonos una naturaleza a su alrededor llena de un detalle casi fotográfico.
Al mezclar esa mujer espiritual y frágil con esa mujer fatal es cuando los prerrafaelitas encontraban a su mujer ideal. Podemos ver esta dicotomía en la vida de Dante Gabriel Rossetti con respecto a tres mujeres de su vida. Para el artista, su esposa era la definición viva de la mujer espiritual, Fanny Cornforth, una prostituta, la imagen de femme fatale, y, por último, la esposa de su amigo, que unía en una única mujer todo lo bueno de ambas visiones contrapuestas. De hecho, pese a estar casado y de sufrir tanto con la muerte de su esposa, la mayor parte de su poesía se ve dedicada a Jane Morris, con la cual se sabe que su relación fue más allá de lo físico.
BIBLIOGRAFÍA:
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